El río Miño separa España y Portugal, y en numerosas ocasiones, a través de los puentes, ofrece la oportunidad de visitar los dos países en menos de 15 minutos. Como estábamos en Tui, al lado del puente Internacional de Tui, queríamos probar esta experiencia tan típica fronteriza que muchos locales viven día a día: ir a Portugal sólo para comer; una tontería, pero los detalles son los que hacen nuestros viajes especiales y diferentes.
Tuvimos que dejar el albergue de los peregrinos, “El Camino”, antes de las 8.30. así que a esta hora ya nos veíamos explorando Tui, un sábado… sin nada de gente en sus calles, excepto los comerciantes del mercado de antigüedades que organizan cada tercer sábado del mes.
Encontramos un bar abierto (justo donde el mercado ;)), me pillé un café y empezamos a conocer la monumental villa de Tui con una vista romántica desde su balcón-mirador. Desde siempre Tui fue un importante asentamiento: en la Edad Media llegó a ser centro religioso, económico, militar y comercial del sur de Galicia y luego se convirtió en la capital de una de las siete provincias gallegas.
Nos dirigimos a la Catedral, una evolución del estilo románico al gótico, muy típico de las grandes catedrales que tardaban mucho en construirse o se veían obligadas reformarse por culpa daños de constantes guerras. En el caso de la catedral de Tui son las dos causas que influyeron su arquitectura singular.
No sé qué parece más la catedral-fortaleza de Santa María – la catedral o la fortaleza: si te fijas en sus líneas claras geométricas, totalmente funcionales para la defensa, parece un fort, pero la decoración, rica y trabajada, es definidamente religiosa… Tiene varias puertas; mi favorita es ésta: decorada ricamente en estilo románico tardío; tallada en el s.XIII, es la composición iconográfica más importante del arte gótico gallego.
Una de las joyas más bonitas de la catedral es el claustro, uno de los pocos del origen medieval que se encuentran enteros en Galicia. Aquí se exhiben cruces y lápidas con escudos de familias nobles. Para terminar el paseo, subid a la torre de los Soutomaior, desde donde abren las vistas a la ciudad y a la vecina Valenca, en Portugal.
Práctico: La entrada al claustro y a la torre son de pago (3€/persona), entrada desde las 10.30; la catedral es gratis, abre antes.
Momento Reflexión: Mi lugar favorito a primeras horas de la mañana es sentarse en un portal mirando la puerta Norte de la Catedral, la románica, y ver pasar los peregrinos en su Camino de Santiago; algunos van corriendo sin siquiera notar la puerta, otros paran con ojos grandes de admiración, hay los que le hacen la foto antes de mirarla… hay de todo: hombres, mujeres, malhumorados, un grupo de scouts, otro grupo de chicas con uniforme, con botas, en chanclas, con o sin bastones, sonriéndonos… estos últimos son mis favoritos ;)
Hay que mencionar que Tui no es únicamente la catedral, también es sus calles medievales estrechas que de vez en cuando nos abren las vistas al río, a Portugal, a balcones con flores. De repente te traen ante iglesias, atrapadas entre los edificios más recientes. Entre calle y calle, desvío y giro, pasadizos secretos del Convento de las Clarisas, nos encontramos fuera de la muralla; pero no les da tiempo a las calles que bajan al río, atraparnos con sus seductoras bajadas, ya sabemos que luego tendremos que subir. Así que volvemos dentro de la muralla y vamos explorando en otra dirección, sin rumbo ni mapa, confeccionando un plan del casco histórico en nuestras cabezas…
A cabo de 3 horas aprox. nos parecía que ya teníamos una idea completa de la ciudad, y dirigimos nuestra mirada al puente Internacional de Tui…
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