Toda persoa que se mergulle nalgunha investigación ou prospectiva no tempo, sabe que este é caprichoso, e que nos vai dar continuamente sorpresas, mesmo alí onde non o espera. Tal cousa pasoume hoxe. Quen coñeza a biblioteca do Consello da Cultura Galega sabe que ten dous andares, o gran espazo de embaixo, coa mesa do Plenario, e un andar superior, estreito, polo que a penas cabe unha persoa, por baixo dun fresco de Xosé Freixanes que reinterpreta o mapa do Reino de Galicia de Francisco Ojea, de 1634 (onde aparece Luania, efectivamente, Carlos). Aquí tedes unha foto. Como padezo dunha vertixe de coidado, evito na medida do posible ese segundo andar no que están os libros de Historia. Pero hoxe estaba buscando documentación para un texto do traballo.
Pero, ao buscar entre os libros, atópome un editado polo propio CCG, aínda que na época de Filgueira Valverde (na que eu aínda non traballaba alí). Titulábase Historia Civil y Eclesiástica de la ciudad de Tuy y su obispado, de Francisco Ávila y La Cueva. A edición contaba cun pequeno prólogo contextualizador e acto seguido un longo manuscrito, que supuña a primeira publicación da monumental obra que este historiador tudense estaba redactando aló polo 1839. 150 anos esquencida, nada menos. “¿Tui?”, pensei. “¿Aloia?”, seguín. Boteille man.
Para a miña sorpresa apareceu isto. Case me tremen as mans. Mirei para abaixo e deume máis vertixe. Marchei do corredor co voluminoso libro entre as mans. Transcribo:
CAPÍTULO Vº
Entran los bárbaros en España, vienen los suevos a Galicia donde se establecen, noticia de lo que sufrió con ellos Tuy y su tierra, fundan los de esta ciudad una nueva población en el monte Aloya, y otras memorias de aquella época.
Abrín moito os ollos e comecei a ler detidamente, transcribindo a caligrafía daquel historiador de hai cento cincuenta anos.
O capítulo comezaba así:
principios del siglo quinto se vio España hecha un funesto teatro de desgracias con la entrada en ella de varias naciones bárbaras el martes 28 de deziembre del año 409 (…)
E seguía así:
las [naciones] que compitiendo con los naturales y entre si sobre quien había de dominar el pais, introdujeron los enemigos los intolerables males de esterelidad hambre y peste en tanto grado que con estas dos plagas, la de la guerra y de las bestias de los montes (que acostumbradas a la carne humana con los cuerpos de los que la espada bárbara, hambre y peste había muerto en los campos se entraban ya en los pueblos y alli espedazan a los hombres) (…).
Aparecen os castella tutiora:
Al punto que los suevos con su rey Hermenexico se vieron libres de los vándalos empezaron a esparcirse por Galicia robando, talando y cometiendo otros muchos daños y estorciones en la Provincia sin tener posicion por entonces, y aun porcion de años despues del terreneo que les tocó por suerte á causa de la resistencia grande que le hacían los naturales del país como dice el M. Flórez, manteniendo estos con valor y constancia las fortalezas de las que estaban apoderados, y obligando muchas veces a los suevos a tratados de paz: pero faltaban los últimos con perfidia a lo capitulado, y de aquí se seguían lamentables calamidades con sus hostilidades en la provincia; y como Tuy se hallaba situada en la frontera del terreno que mas dominaban los Barbaros, era uno de los pueblos que primero experimentaba el vigor de la guerra, viendose a cada paso acometida por los Suevos: en el año de 422 atravesaron el Miño, y entrando en la Ciudad saquearon y robaron quanto hallaron en ella, pero armados los naturales del pais contra aquellas gentes las obligaron a desalojarla y retroceden luego al paraje de donde habían venido. Lo mismo sucedió (…) en otras diferentes ocasiones en que siempre padecio muchísimo no solo ella sino toda su tierra (…), Aunone hoy Ribadavia, Sacxia, Exvilione, Gauda, Ovinia y Contese. (…)
E velaí que se funda a cidade da montaña:
Los Ciudadanos de Tuy, y habitantes de su inmediacion, viendo la frecuencia con que eran acometidos de los Suevos, y que nada tenian seguro con ellos, trataron de hacer una fortificacion fuerte y segura en donde se pudiesen resguardar con sus mugeres, familia, ganados e intereses, y defenderse en tiempo de invasiones y hostilidades barbaras: y al efecto se fueron a la cumbre del monte Aloya, distante de Tuy una legua de muy malo, aspero y fragoso camino, y alli en su mayor altura levantaron una nueva poblacion con suficientes casas y edificios para el indicado fin: y para su defensa y seguridad la cercaron en redondo con una fuerte y gruesa muralla de media legua en circunferencia; la que tuvo principio segun mas probablemente se cree luego que los Suevos empezaron a molestar con guerras a los gallegos. Cuyo sitio sirvió de asilo y refugio a los tudenses y circunvecinos por dilatados años, y mientras este país fue infestado de piratas y gente enemiga. De esta poblacion en la referida montaña aun hoy en dia, a pesar de tantos siglos como han transcurrido, se hallan bestigios (…).
E dese uso había tradición oral no Tui de principios do XIX:
Es tradicion constante en este país que la indicada muralla y casas se hicieron alli para refugio de los habitantes de nuestro pueblo y sus contornos cuando la ciudad era acometida de naciones enemigas y piratas.
Entre outros materiais, Francisco Ávila as antigas escrituras da Catedral de Tui. En especial, esa cita do ano 1095 á que xa temos aludido:
Et venitur in castrum, ad Montem Aloya, ubi fuit Civitas antiquitus condita.
…a montaña de Aloia, onde se fundou a cidade na Antigüidade.
Non me digades que estes catro séculos de Historia non son unha Historia tremenda.
in Capítulo Cero