Colas de cuatro kilómetros y más de una hora de espera para cruzar la frontera
El cierre de fronteras atrapó ayer a miles de conductores en el único acceso autorizado de la provincia de Pontevedra, ubicado en el puente internacional de Tui. La autovía A-55 quedó colapsada con colas de hasta cuatro kilómetros de longitud. Los usuarios tuvieron que esperar más de una hora para poder entrar en el país luso al mediodía.
Las autoridades portuguesas cumplieron con rigor lo anunciado: identificar a todas las personas que cruzaron la frontera. Agentes de la Guarda Nacional Republicana (GNR) y personal del Serviço de Estrangeiros y Fronteiras tomaron la entrada a Portugal dentro de las medidas de seguridad acordadas por el Gobierno luso ante la llegada del papa Francisco al santuario de Fátima. Además se establecieron controles aleatorios con perros para la detección de explosivos en vehículos. Hubo quienes tuvieron que dar la vuelta al no identificarse debidamente. La policía lusa intentó que fueran los menos posibles, comprobando telemáticamente los datos de quienes no pudieron acreditarse.El inspector jefe del servicio de extranjería, Paulo Henriques, manifestó que no se produjo ninguna incidencia grave a lo largo de la jornada. Las autoridades portuguesas exigen a todos los visitantes que muestren el DNI. No sirve con el permiso de conducir.La jornada fue complicada además por coincidir con la feria semanal de Valença do Miño. Muchos gallegos se acercaron a este mercadillo y tuvieron que armarse de paciencia para poder llegar al recinto comercial. Las retenciones provocaron el enfado de algunos conductores, que se quejaron de falta de información a la hora de poner en marcha estas medidas.
Agentes de la Guardia Civil y de la Policía Nacional se desplegaron en los accesos dentro de una campaña de seguridad vial en previsión de los atascos que se iban a producir. El tráfico fue fluido en el resto de los pasos internacionales, pero restringido a los tránsitos locales. Fue una jornada casi normal en los puentes sobre el río Miño de Tomiño, Salvaterra y Arbo, así como en el puente viejo de Tui. Agentes de la GNR solo dejaron pasar por estos lugares a los vecinos de ambos lados de la raia. Desviaron hacia el puente internacional de Tui a aquellas personas que tenían previsto realizar viajes más largos.La restitución de las fronteras se prolongará hasta la última hora del sábado, una vez que el papa Francisco haya abandonado el país después de haber celebrado el centenario de las apariciones de Fátima, donde está previsto que se congreguen más de un millón de personas el viernes y el sábado.El objetivo de esta medida excepcional es prevenir posibles ataques terroristas. Nunca antes con la visita de un pontífice al país vecino se había llevado a cabo un cierre y un control tan estricto de las fronteras.
in La Voz de Galicia
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