El treinta por ciento de los usuarios de los complejos lúdicos y deportivos de los municipios portugueses de la raia proceden de la otra ribera del Miño
El intercambio sociocultural y económico en las dos riberas del Miño goza de una salud envidiable. La inmersión es literal en el caso de servicios públicos como las bibliotecas o piscinas municipales de la raia miñota. Tanto es así que, según confirmaron desde los Concellos de Vila Nova de Cerveira y Valença do Minho, en términos generales, el treinta por ciento de los usuarios de sus piscinas proceden de la otra ribera del Miño.
La mejora de las comunicaciones, la flexibilidad en el tiempo de apertura, aún mayor por la diferencia horaria, y la calidad de los servicios se perfilan como los principales alicientes de los gallegos que habitualmente frecuentan los servicios lusos. Hasta Valença o Cerveira viajan habitualmente personas de todas las edades y de concellos como Tui, Tomiño, Salvaterra de Miño, Salceda de Caselas o A Guarda; única localidad de O Baixo Miño que dispone de piscina municipal climatizada. En el caso del servicio en Tui, pese a ser el punto de encuentro de centenares de vecinos durante el verano, no es cubierto.
«Siempre venimos los sábados por la mañana, nos encantan las instalaciones, no están masificadas y después, aprovechamos para hacer la compra», señaló Manuel Fernández, uno de los jóvenes usuarios de la piscina valenciana, vecino de Tui. «Es una ventaja el cambio de horario porque vamos al salir de trabajar y aún está abierta» manifestó Teresa Domínguez, otra tudense. Los usuarios gallegos de Cerveira valoran también la oferta de ocio y tiempo libre del entorno de las instalaciones. «No hay domingo que vengas a pasear por la zona del museo de agua dulce o la ribeira y que no encuentres casi más gallegos que portugueses», destaca Mónica Rodríguez.
Cursos
En las piscinas del Alto Miño se habla gallego y portugués casi por igual, ya que la inmensa mayoría de bañistas gallegos acude también a las clases y actividades que promueven los servicios públicos lusos como cursos de iniciación, natación o gimnasia.
En la de Monçao, por ejemplo, a poco más de dos kilómetros de Salvaterra do Miño, conviven casi a a diario bebés lusos y gallegos, que disfrutan de uno de los mejores equipamiento deportivos para el descubrimiento del medio acuático.
La afluencia de gallegos a los servicios públicos lusos se mantiene durante el verano, aunque en las piscinas, en general, se nota el efecto de las vacaciones y la preferencia de las playas durante el verano.
La simbiosis internacional se nota también en colegios, institutos, empresas y asociaciones. La inauguración hace cinco años del puente internacional entre Cerveira y Goián ha supuesto sin duda la consolidación de una atracción milenaria.
in La Voz de Galicia
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