Un fin de semana previo a nuestra vuelta al mundo, para tomar fuerzas con esos ricos sabores del norte, especialmente sus mariscos y vinos, nos acercamos a Galicia, a la zona frontera con Portugal para ver dos ciudades cercanas y enfrentadas durante muchos siglos: Tui y Valença do Minho.
Tui fue, en sus tiempos, capital de una de las siete provincias del Reino de Galicia. Valença, su gemela en Portugal en la orilla opuesta del Minho, con imponentes murallas. Su especial relación les hizo ser reconocidas en 2012 como una eurociudad, muestra de cooperación e integración entre ambas ciudades separadas tan solo por dos puentes que atraviesan el río Miño.
La ciudad de Tui, en Pontevedra, perteneciente a la comarca de O Baixo Minho, se yergue impresionante sobre el Miño, ya cerca de su desembocadura, y como territorio de frontera con Portugal, guarda aún vestigios de ese pasado militar. Se puede apreciar en su imponente Catedral Fortaleza de recios muros con troneras para la defensa y también se aprecia en sus almenas. Se inició su construcción a finales del siglo XI y es románica en la planta y en la fachada norte. Sin embargo, su claustro, único gótico conservado en Galicia y el bello pórtico de su fachada principal son góticos, siendo este último el primero de esta clase en la Península Ibérica. Aún conserva restos de policromía en sus estatuas.
Dentro se pueden ver sus espectaculares órganos policromados en la nave central, de estilo barroco, que nos sorprendieron al estar enfrentados, tan juntos que casi se podría pasar de uno a otro de un pequeño salto. Merece la pena también subir a una de las torre defensivas anexas, el Torreón de los Soutomaior, por una pequeña escalera desde el claustro, para disfrutar de unas magníficas vistas del Minho y observar al otro lado del río la vecina Villa Fortificada de Valença do Minho y el Puente de Hierro sobre la antigua frontera que aún hoy sigue siendo el nexo entre estas dos poblaciones.
Os recomendamos pasear por las calles junto a la Catedral, declaradas conjunto histórico artístico, como ejemplo de una urbe medieval, con casas blasonadas de piedra, con arcos conopiales de los siglos XV y XVI, y con los restos aún visibles de sus murallas medievales del siglo XII y XIII de los que lo más notable es a Porta da Pia. Cerca encontraréis también el Convento de las Clarisas, también llamado "de las encerradas", en los terrenos donde estaba el Palacio episcopal de la Oliveira, Y en donde podéis comprar dulces de almendra en forma de pez.
Antes de abandonar la zona medieval, podéis disfrutar de la Capilla de San Telmo, único ejemplo del barroco portugués en Galicia, edificada entre 1769 y 1803 en el lugar donde murió este santo de la orden de los Dominicos. Para terminar, recomendamos bajar al Paseo de la Corredoira en la zona moderna, junto al Ayuntamiento.
Cruzando el río hacia Valencia Do Minho se puede recorrer el centro histórico, totalmente amurallado, impresionante, y luego comer en uno de sus muchos restaurantes. Nosotros nos dejamos asesorar por vecinos de la zona y fuimos a la "Churrasqueira Valençiana" dentro del recinto amurallado. Un típico restaurante portugués pequeño con una comida estupenda.
Después, recorrimos tranquilamente sus calles empedradas y sus rincones llenos de tiendas de venta de, como no, toallas, manteles y sábanas, tan famosas en esta zona de Portugal. Descubrimos la Estatua de San Teotonio, primer santo de Portugal, justo delante de la Capela do Bom Jesus o, en la otra punta de la fortificación, la pequeña Igreja de Santa María dos Anjos con restos de los azulejos portugueses y los frescos del siglo XVI.
in Viajando por Viajar
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