Además del Concello de Tui, una empresa es la última víctima de estos ciberdelitos
La Guardia Civil investiga el fraude por el que alguien se ha apropiado de los 110.000 euros que el Concello de Tui pensó que había estado abonando a una de sus empresas suministradoras hasta que la misma le advirtió de que hacía meses que no recibían los pagos pendientes. «Investigamos una posible estafa por suplantación de identidad, en este caso por correo electrónico. Es un delito en auge que se está dando tanto en el ámbito empresarial como en el administrativo y o el particular», confirma el guardia Ricardo Edite, del Equipo de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil de la Comandancia de Pontevedra. Este tipo de ilícitos se encuentran en pleno crecimiento pero también la capacidad de dar con ellos y, de hecho, el año 377 gallegos resultados investigados y, de ellos, «una parte importante», detenidos. El caso de Tui, que ya está judicializado, no es pues un caso aislado. «Es un delito en auge al igual que el de los virus criptográficos, que se producen casi a diario y que consisten en el secuestro de datos por los que después piden rescates en criptodivisas», apunta Edite. Consumado el delito, «la prioridad es denunciar» pero, para evitarlo y recalcando que «en nada hay una seguridad al cien por cien», «hay que navegar con escepticismo».En el caso que parece haber sufrido Tui, el de suplantación, «lo que se busca es el fallo humano. El ataque no es contra los medios técnicos o servidores, se intenta dar con el punto vulnerable pero no de la máquina, sino del ser humano». En este punto de la explicación, habla de ingeniería social, que es la práctica de obtener información confidencial a través de la manipulación de usuarios legítimos, bien para el fraude como para la intrusión en la red. Se trata de un ataque basado en engañar a un usuario o administrador de un sitio en la Internet, para poder ver la información que ellos quieren y de esta manera usarla en su contra.
El mensaje de la Guardia Civil para navegantes insiste en la seguridad y advierte de la situación de riesgo real a la que están expuestas muchas firmas. «Casi ninguna empresa invierte en ciberseguridad, en las pequeñas y medianas empresas se deben contratar servicios especializados que ofrezcan garantías suficientes», advierte Edite. La ingeniera social, apunta, se da también en todos los campos, desde el que llama por teléfono fingiendo ser un empleado de algún banco u otra empresa a la vía Internet. Edite considera que el repunte se debe a tres factores, que son «la tendencia cada vez más habitual de verter datos e información en las redes, que cada vez hay más personas con capacidad para poner en práctica este tipo de estafas y, por último la brecha digital».
in La Voz de Galicia
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