segunda-feira, 16 de março de 2009

Valença blinda su fortaleza

El gobierno local ha invertido ya seis millones en asegurar su espacio fortificado, monumento nacional y el mayor centro comercial abierto en un conjunto histórico
«Valença non será a mesma pero manterá a mesma cara».
Se anunciaba en el 2004, cuando se presentó el proyecto de recuperación de la fortaleza valenciana. Un objetivo que no cayó en saco roto.
Desde entonces se han invertido ya más de seis millones de euros para preservar y poner en valor este monumento nacional que, a día de hoy, continúa siendo el principal exponente de la arquitectura militar moderna de la frontera luso galaica. Es la estampa de la villa y constituye en sí misma una ciudad comercial fortificada a la que acuden a diario cientos de personas. «El 90 por ciento de nuestros clientes son gallegos», recordaba Joâo Reis, uno de los empresarios.
Todos pueden percibir la ejemplar puesta a punto de los espacios pero la principal actuación se ha centrado en asegurar su estado de salud. Fue casi una operación a corazón abierto de su principal joya arquitectónica y emblema, que además atesora la ciudadela más activa de la región.
Alertas
La dirección general de Edificios y Monumentos Nacionales de Portugal dio la voz de alerta en el 2003. El «deficiente drenaje de las aguas pluviales y la decrepitud de las redes de infraestructuras subterráneas», ponían en riesgo la seguridad de la fortificación, que data del XVII aunque los indicios de ocupación del espacio se remontan a la Edad del Hierro y constatan una ocupación casi continuada de la «Contrasta», que fundó don Sancho en el siglo XII.

Las obras comenzaron en la zona de «A Coroada», la parte sur y la de mayor riesgo de derrumbes. La reestructuración de gran parte de las infraestructuras subterráneas además de la recuperación del aspecto exterior de los distintos espacios del conjunto han sido las grandes líneas de intervención del ambicioso proyecto, redactado por el arquitecto Eduardo Souto Moura.
Se sustituyeron las instalaciones externas de cableado y luz creando un sistema de «galerías técnicas», similar al que se utilizó en Venecia para conducir estas infraestructuras bajo las calles del recinto, que alberga unos 170 establecimientos y que, según las autoridades lusas, «es el mayor centro comercial abierto en un conjunto histórico». En las galerías se localizan todas las infraestructuras renovadas (agua, saneamiento, telefonía, electricidad y gas)
La Praza da República se reformuló como espacio de encuentro y se multiplicaron las áreas públicas abiertas con nuevos espacios verdes que además facilitan la accesibilidad a todo el perímetro amurallado. «La parte menos visible es la más importante», señalaba el alcalde, recordando los problemas que se registraban habitualmente por las deficientes redes obsoletas.
Ahora impulsan una tercera fase, que elevará la inversión a los diez millones de euros y que contempla la construcción de un párking de estacionamiento subterráneo en el antiguo campo ferial (al lado de la fortaleza) y de un parque de exposiciones y congresos. Su diseñador, Souto Moura, valora ya lo construido. «Hay mucha obra ejecutada que no se ve, pero que es de importancia vital para que la Praça Forte sea un conjunto moderno y funcional, con todas las condiciones para recibir a las personas», señaló.
Pero los resultados sí son visibles. Incluso desde la otra ribera del Miño. Un espejo en el que brilla brilla con luz propia la escrupulosa política urbanística que pregona Portugal.
in La Voz de Galicia

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