Anxo Quintana, vice-presidente da Junta da Galiza, inaugurou Adega na quinta Edmun do Val, em São Julião, Valença.
Es dorado, traslúcido, fresco y suave en el paladar, donde deja gusto. Es la descripción del albariño que podría ser válida en boca de la mayoría de los invitados a la inauguración de la bodega de un tudense, Rafael Ruibal, que entra en el campo de los vitivinicultores con la ilusión serena que puede dar la madurez. En esta aventura no está solo, pues le acompañan al mismo paso su esposa Maite y sus hijos Pablo y Olaia. En la tarde noche del pasado viernes daban a conocer a amistades, familiares y periodistas los frutos de su trabajo en la quinta Edmun do Val, en la freguesía de São Julião de Valença do Minho (Portugal). Un amigo de la casa actuó como padrino de excepción: Anxo Quintana, vicepresidente de la Xunta de Galicia, quien puso como ejemplo "esta iniciativa lusomiñota como forma de sacar partido a la riqueza de las tierras con el máximo respeto", como así lo ha hecho esta familia en seis hectáreas de viñedos de albariño, todas en un mismo valle, rodeando las antiguas construcciones de 1790, rehabilitadas y preparadas para las visitas, catas y degustaciones.Quintana afirmó que el caso de esta familia es demostración de que "las fronteras no existen" entre Galicia y Portugal.Cubas de aceroEn el recorrido pudo verse la incorporación de la técnica más avanzada en la elaboración, con utilización de cubas de acero inoxidable. Familia y amistades de Tui acompañaron a los anfitriones en esa jornada inolvidable que también contó con la presencia de representantes de diversos departamentos de la Xunta de Galicia y de la Comissão Executiva de Viticultura da Região de Vinhos Verdes. La banda de Gaitas San Vicente de Barrantes que dirige Hipólito Cabezas, hizo un pasillo musical para la recepción de invitados, interpretó el Himno Galego tras la bendición de las instalaciones, y ofreció una parte de su repertorio. Seguidamente una solista de violín amenizó la velada.
in Faro de Vigo
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