La A-55 registra a la altura de As Gándaras 48.500 vehículos diarios frente a los 3.500 de la autopista ► Audasa cobra 2,6 euros a los coches y 5,6 a los camiones ► Los conductores usan el vial gratuito pese a su mayor riesgo, límites de velocidad y radares
Un vial saturado. El otro, prácticamente desierto. La política de tarifas de Audasa deja un curioso fenómeno en el sur de la provincia, entre Vigo y Tui: a pesar de que la autopista AP-9 es más cómoda y segura que la autovía A-55, el elevado coste de su peaje hace que la inmensa mayoría de los conductores opten por el vial gratuito. En la práctica, eso deja dos carreteras que avanzan prácticamente en paralelo pero con dos volúmenes de tráfico muy diferentes. Tanto, que en algunos puntos la A-55 llega a registrar hasta 13 veces más vehículos que la AP-9. Los conductores que se mueven entre Vigo y Tui optan por la autovía a pesar de que la A-55 soporta el peor "punto negro" de España, obliga a transitar por las peligrosas curvas de Tameiga, está minado de radares -solo entre Vigo y Porriño hay repartidos media docena cinemómetros fijos-, hay varios tramos con velocidad limitada a 60 y 80 km/h y tiene trechos en obras desde finales de 2015.
Los datos que maneja Fomento muestran el desequilibrio entre ambos viales. Aunque la diferencia varía en función del tramo, el volumen de tráfico de la A-55 está siempre a años luz del de la AP-9. La mayor brecha se registra a la altura del polígono de As Gándaras, en Porriño. En 2016 la autovía soportaba en ese punto una media de 48.515 vehículos diarios, más de diez veces por encima de la autopista, que aproximadamente a la misma altura anotaba un tráfico medio de 3.600 vehículos por jornada.
La desproporción entre ambos viales no es siempre tan pronunciada, pero da una idea clara de la demanda que registra cada uno. A la altura del pabellón municipal de Porriño la A-55 contabilizaba en 2016 unos 35.600 vehículos diarios. Algo más al norte, en Ansar, la AP-9 anotaba solo 7.000. El uso de la autovía se dispara a partir del punto en el que entronca con la A-52, donde al tráfico con el sur de la provincia se añade el que circula entre Ourense y Vigo. Su uso medio diario se eleva desde esa conexión hasta los 63.000 automóviles. En el entorno del aeropuerto -donde puede usarse sin coste-, la AP-9 alcanza un promedio de 40.600 conductores por jornada.
Otro dato significativo se encuentra en el acceso a Portugal, donde la A-55 recoge su propio tráfico y el de la AP-9, vial que no llega hasta la frontera lusa. Poco antes del puente internacional que atraviesa el Miño la autovía contabilizaba en 2016 algo más de 26.000 coches diarios, de ellos solo el 12% procedían de la autopista.
¿Cómo se explica esa diferencia? La clave son las tarifas que aplica Audasa en la AP-9. Recorrer los cerca de 35 kilómetros que separan Vigo y Tui por la autopista le cuesta a cada conductor 2,6 euros, tarifa que se eleva a 4,2 y 5,6 -el precio cambia en función del tamaño del vehículo- para los camioneros. Entre Vigo y Porriño el peaje de la AP-9 es de 1,55 euros para los turismos y de 2,5 o 3,35 para los transportes más pesados. Ese coste hace que los conductores opten de forma mayoritaria por la autovía a pesar de que su trazado es más inseguro, está minada de radares, sus restricciones de velocidad y que -precisamente a raíz del tráfico que soporta- es más frecuente toparse con atascos.
Los elevados precios de la AP-9 para los transportistas, que solo por un viaje de ida y vuelta entre Tui y Vigo llegan a pagar 11,2 euros, explican que el número de trailers que circulan por ese tramo de autopista sea mínimo. A la altura de As Gándaras en 2016 la AP-9 recibía apenas 353 camiones diarios, lo que supone unos 15 cada hora. El dato queda muy lejos del anotado por Fomento en ese mismo punto de la AP-9, donde se computaron 4.300 vehículos pesado por jornada. La media en ese caso es de 181 camiones cada hora. Justo antes del polígono la autovía registraba unos 3.200 trailers diarios.
Mínimo tráfico pesado
La escasez de tráfico pesado en la AP-9 no es un problema exclusivo del tramo Vigo-Tui. Sus elevadas tarifas y la falta de políticas atractivas para las empresas motivan que los camiones sean una parte mínima del tránsito de la autopista. Según los últimos datos publicados por el Ministerio de Fomento, entre enero y julio la AP-9 registró una media de 22.200 vehículos diarios. De ellos tan solo el 8,7% eran transporte pesado. El dato queda muy lejos del 24,9% que representan en la autopista AP-7 entre Montmeló y La Junquera; el 20,5% de la AP-1 (Burgos-Armiñón) o el 16,1% de la AP-66 (León-Campomanes).
A pesar de ese escenario, entre 2015 y 2016 tanto la A-55 como la AP-9 ganaron tráfico en el tramo Vigo-Tui. Durante ese año ambos viales vieron cómo su volumen de circulación aumentaba en una medida similar, cerca de un 13%. El dato podría bajar este año, sin embargo. Al menos en la autopista. Las últimas mediciones publicadas por Fomento muestran que entre enero y julio el tránsito en la concesión cayó un 3,41%, uno de los mayores descensos de la red estatal y lejos de la tendencia general en España, que marca un ligero incremento de 1,4%, con 18.900 coches diarios.
in Faro de Vigo
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