Los comercios de la fortaleza de Valença do Minho estuvieron ayer plagados de clientes españoles que se "escaparon" al país vecino.
Cientos de vigueses "conquistaron" ayer Valença do Minho. El municipio Portugués estuvo abarrotado durante todo el día de españoles que aprovecharon la festividad de la Inmaculada Concepción para cruzar la frontera y dar el pistoletazo de salida a las compras navideñas en el pais vecino. Otros se conformaron con dar un paseo o quedarse a comer en la zona.
Los comerciantes de la fortaleza de Valença tuvieron ayer una atípica y generosa segunda feira (lunes). Pese a ser día laborable en Portugal, el municipio fronterizo con España amaneció con la imagen tumultuosa de cualquier fin de semana, cuando sus pequeñas calles se plagan de clientes procedentes del otro lado del Miño.
Desde primera hora de la mañana una larga cola de vehículos cruzaba el puente que separa Tui y Valença. Dentro del municipio portugués se palpaba ya que era festivo en España. Cientos de personas abarrotaron la fortaleza y los negocios de restauración de la ciudad. Algunos para dar un paseo y otros -la mayoría- para comenzar a comprar los regalos de Navidad.
La calles vacías y sin vida de Vigo contrastaban ayer con el ajetreo del municipio portugués. El tiempo acompañó a los turistas que decidieron pasar la festividad de la Inmaculada Concepción en el pais vecino. Muchos optaron por pasar todo el día en Portugal; otros acudieron sólo por la mañana o a primera hora de la tarde, cuando la densidad de tráfico dentro de Valença do Minho fue mayor, e incluso muy complicada en las horas puntas del día.
Los que más agradecieron la festividad en España fueron los comerciantes portugueses, que pudieron hacer mucha más caja que la de cualquier otro día laborable.
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