Tui y Valença, en las fronteras de Galicia y Portugal forman una eurocidad que ofrece muchos atractivos al visitante. Nosotros decidimos visitarla a finales de verano y la verdad es que nos sorprendió. Aunque conocíamos las dos de pasada, nunca le habíamos dedicado una escapada en exclusiva. Otra villa gallega, Verín forma la eurociudad del agua junto la portugesa Chaves, os dejamos aquí en link del viaje que realizamos durante la Semana Santa de 2019.
Nuestra primera parada fue el Monte Aloia, el primer Parque Natural de Galicia, creado en 1979. Fue el ingeniero forestal Rafael Areses el que hace más de 100 años reforestó esta zona con vegetación autóctona y otras especies como el ciprés, el abeto y el cedro de Líbano, entre otras. Podéis empezar la visita en el Centro de recepción de visitantes (42.075429, -8.679856), de entrada gratuita y bastante interesante.
Desde allí podéis seguir hasta la Ermita de San Xiao (42.084763, -8.680541). En las cercanía de la ermita hay varios miradores diseminados por un pequeño bosque con varios senderos: el mirador Celta, el de la Gran Cruz, el del Castelo, el Enxeñeiro Areses o el González Paramos.
En el Monte Aloia hay diversas rutas de senderismo de todas las dificultades y adaptadas al público más diverso. Nosotros nos decidimos por la de los Muíños (molinos) de Tripes, de algo menos de 3 km y circular.
Después de dedicarle buena parte del día a la naturaleza del Monte Aloia, era hora de acercanos a Tui, con un casco histórico pequeño y encantador.
Tui es uno de los núcleos históricos más importantes de Galicia. Entre los s. XI y XII la comunidad judía se fue estableciendo en lo alto de la ciudad. Tras la expulsión de los judíos en 1492 por orden de los Reyes Católicos o su conversión forzosa empezaron los episodios de tensión social y discriminación. A lo largo de los ss. XVI y XVII, Tui seguirá albergando a muchas de esas familias de conversos que, en la intimidad de su hogar, mantenían sus costumbres judías y las que se debe mucho del poder socieconómico de Tui durante esos siglos.
Hoy en día ya no quedan casi vestigios judíos, salvo alguna inscripción hebrea, pero precisamente en la catedral se conserva una menorá judía.
El río Miño hace de frontera entre Tui y Valença. Un paseo junto a él nos permitirá disfrutar de la tranquilidad y de los restos de la antigua muralla.
Valença está muy cerca, puedes optar por ir a pie, en coche o como hicimos nosotros en tren turístico, ya que esta pequeña ciudad portuguesa es todo un reclamos para los visitantes con ganas de comprar. Su fortaleza está repleta de pequeños comercios entres los que triunfan los dedicados al sector textil. No hace mucho en Galicia se iba de excursión a Valença para comprar toallas y paños de cocina al peso.
Hay gente que ni siquiera se baja del tren. Nosotros sí que lo hicimos. Una buena idea es comer en Valença el famoso bacalhau portugués, hacer alguna compra o perderse por sus calles. Creo recordar que teníamos poco menos de una hora, así que nuestra elección fue la última de las tres que os mencioné.
in deambulandoconartabria
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