La catedral de Tui, el corazón patrimonial de la Diócesis Tui-Vigo, se prepara para ser más accesible. El Plan Director, diseñado por el arquitecto Iago Seara y puesto en marcha en el 2000, ya está muy avanzado y revolucionará el modo de acercarse a esta joya, la primera basílica gótica de España, consagrada en 1225. Fue declarada de Bien Interés Cultural (BIC) en 1931.
“Nuestra intención es mostrar el conjunto catedralicio en su totalidad, ya que hay más estancias que el templo en sí”. Así, el director del museo catedralicio, Santiago Vega señala una puerta secundaria en A Ronda como nueva entrada al itinerario turístico. El primer contacto con la catedral sigue siendo la fachada “con referencia directa con Chartres”, puntualiza Vega. En sus columnas que sostienen la arcada comparten protagonismo ocho esculturas de profetas, apóstoles y reyes. En el tímpano se superponen escenas biblícas: la Virgen dando a luz, la anunciación a los pastores, la recepción de Herodes a los Reyes Magos, la Epifanía o el Jerusalén Celeste: “La Iglesia fue la primera en hacer uso del audiovisual”, afirmó el director del museo en relación al carácter didáctico de las imágenes.
Tal y como está previsto una vez finalizada la actualización del conjunto, el acceso será por un lateral y rodeará el templo por fuera, permitiendo la contemplación del entorno: Además de carácter de fortaleza, para Vega “a esta catedral la caracteriza su relación con el paisaje que hasta ahora estaba oculto”. Aún sin definir la ubicación exacta (posiblemente en una edificación anexa ahora en ruinas), en ese trayecto se situaría un centro de interpretación que introducirá al visitante en la sociedad que levantó la catedral.
El siguiente paso está ya en el interior del edificio: la bodega. Dos niveles por debajo del templo, se sitúa la construcción más antigua, románica, donde guardaban los impuestos cobrados en especias y donde aún conserva el pavimento con cantos rodados. Durante las excavaciones se hallaron restos romanos, como teselas y fragmentos de cerámica. Esta estancia, aún en recuperación, albergará la colección arqueológica.
De ahí se accede a la sala capitular románica, de la misma época (siglo XII) y descubierta en las obras de reforma de los años 60 realizadas por el arquitecto Francisco Pons-Sorolla. Corre paralela al claustro, ya gótico (único en una catedral gallega), aunque situada en un nivel inferior del piso.
En sentido contrario al actual, se entraría por fin en el lugar de culto. Con planta de cruz latina, se añadieron capillas posteriormente, la de San Telmo (1578) con un retablo lleno de reliquias es la más curiosa. Los órganos y el coro, ambos barrocos, destacan por su majestuosidad.
Una vez visitada la basílica, el recorrido continuaría por los pisos superiores: la nave del trifolio, un espacio que se destinará a exposiciones temporales y un segundo piso que comunica con las torres. El proyecto final pasaría por permitir el acceso a la cubierta y disfrutar de las vistas con el Miño como frontera entre Galicia y Portugal.
in Atlántico Diário
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