quarta-feira, 18 de novembro de 2009

Consul de España en Valença Recibió a Cruz de Oficial de la Orden de Isabel la Católica



José Luís Pera (dcha.) tras la imposición del galardón, en el Consulado, en Oporto.
José Luís Pera (dcha.) tras la imposición del galardón, en el Consulado, en Oporto.  C.E./E.G.
José Luís Pera Pardina, titular del Consulado de España en Valença do Minho (Portugal), acaba de recibir la Cruz de Oficial de la Orden de Isabel la Católica, concedida por el Rey don Juan Carlos, durante el acto celebrado en las instalaciones del Consulado de España en Oporto, donde estuvo acompañado por toda su familia, amistades, y representantes de organismos oficiales, con el cónsul general de España en Oporto y su esposa, como anfitriones. El galardón premia su "comportamiento extraordinario de carácter civil" que redunda en beneficio de la nación española y contribuye de modo relevante, a favorecer las relaciones de amistad y cooperación de España con el resto de la comunidad internacional.
Pera Pardina suma esta Cruz de Oficial a la Cruz de Caballero y a la Medalla de Bronce de la Orden de la Independencia, como reconocimiento a su gran labor diplomática en Guinea Ecuatorial, coincidiendo con el "Golpe de la Libertad" del año 1979.
Desde hace 27 años está a cargo del Consulado español en la ciudad fronteriza de Valença do Minho, donde en estos momentos se registra una media semanal de siete sanitarios portugueses que acuden a estas oficinas para gestionar y traducir documentación que presentarán ante los lugares de trabajo que han conseguido en ciudades españolas. En gran parte se trata de enfermeras y sus destinos, en la mayoría de los casos, son Vigo y otros lugares de Galicia, además de Canarias, Madrid y Barcelona.
Detrás de su labor cotidiana, hay una importante dosis de humanidad. Un caso que permanecerá siempre en su memoria es el de cuatro hermanas menores de edad que fueron abandonadas por sus progenitores en Monçao (Portugal) y que fueron recluidas en un colegio de Viana. "Yo iba frecuentemente a visitarlas. Tenían entre 8 y 5 años de edad y durante los dos años que estuvieron allí, las llevaba de paseo y les compraba helados y cosas que necesitaban".
Como explica, gracias a sus gestiones "conseguí que trasladasen a las pequeñas al centro pontevedrés Príncipe Felipe y me acuerdo que se agarraban a mi como si fuese su padre. Fue un momento muy especial que no olvidaré nunca". Supo después que una familia de Vigo adoptó a las cuatro, y de esto hace ya unos quince años. La casualidad hizo que tiempo más tarde se viesen de nuevo, esta vez en una fiesta organizada por la comunidad andaluza en Vigo.
in Faro de Vigo

Sem comentários:

Enviar um comentário