Los transportistas reclaman descuentos ya para evitar la A-55, la más siniestra de España
En un lado, la opción lenta y peligrosa. Del otro, la cara. A la hora de planificar sus frecuentes viajes entre Vigo y Porriño o Tui los transportistas deben afrontar un dilema complejo: utilizar la autovía A-55, llena de tramos con velocidad limitada a 80 -o incluso 60 km/h- y que sufre el peor "punto negro" de España; o la AP-9, una autopista con peaje que exige a los camioneros desembolsar entre 4,2 y 5,6 euros por cada viaje entre Vigo y Tui.
Después de muchos años afrontando esa disyuntiva, que no les deja ninguna opción realmente deseable, a principios de abril los empresarios vieron con optimismo cómo se abría una alternativa de futuro: el anterior Gobierno anunció una autovía alternativa a la A-55 con un túnel bajo Puxeiros y un presupuesto de 337 millones de euros, cantidad que se obtendría a través de una herramienta de colaboración público-privado. Incluso se llegó a dar una fecha: 2021.
Medio año después parece casi imposible cumplir con ese calendario. El actual Gobierno central ha puesto en cuarentena el plan público-privado en el que se apoyaban sus predecesores y, aunque no ha enterrado el proyecto, sí ha avisado que solo podrá salir adelante mediante "la vía presupuestaria ordinaria", sin detallar plazos.
Cansados de enfrentarse al dilema de la opción cara o la lenta e insegura en sus viajes en el tramo Vigo y Tui, los empresarios exigen sin embargo una solución "a corto plazo" que facilite sus desplazamientos a los polígonos industriales repartidos por Porriño, Mos y el norte de Portugal. Y plantean una posibilidad que podría activarse de forma rápida, sin esperar a que se ejecute el nuevo vial: bonificaciones por el uso de la AP-9 entre Puxeiros y Tui, un tramo ahora infrautilizado y que transcurre prácticamente en paralelo a la A-55. Que Fomento -según ha reconocido el propio ministro- mantenga una negociación abierta con Audasa para suprimir el peaje de Redondela facilita esa alternativa.
Los datos oficiales de 2016 muestran que a la altura de As Gándaras la A-55 registra una densidad de tráfico de 48.500 vehículos, de los que algo más de 4.300 eran transportes pesados. Solo un par de kilómetros más al sur, la AP-9 anota un uso medio de 3.600 conductores diarios. El número de camiones se sitúa en 353 por jornada, lo que supone 15 cada hora.
En 2015 Fomento ya aplicó una rebaja para los camioneros en la AP-9 entre Puxeiros y Tui. La medida se enmarcaba en una iniciativa estatal que englobaba otros cinco tramos repartidos por España y tenía como objetivo que las autopistas ganasen atractivo para el transporte pesado. El programa se anunció por un período cinco meses, pero, recuerda el presidente de la asociación de transportistas de Pontevedra (Asetranspo), Ramón Alonso, no cuajó. Aunque al anunciar la iniciativa, Fomento aseguró que las rebajas oscilarían entre el 35 y 50% del valor del peaje, Alonso revela que en la práctica los porcentajes que se aplicaron no resultaron atractivos para el sector. "Solo los utilizó un 15%", recuerda el representante del sector: "El descuento que se aplicaba era muy bajo y la gente no se molestaba en desviarse".
Según la web de Audasa, un transportista paga -en función del tamaño de su camión- entre 4,2 y 5,6 euros por circular entre Vigo y Tui. Cada uno de los viajes de Puxeiros a Porriño costaría entre 2,5 y 3,35 euros. Entre Puxeiros y la cabina de peaje de Porriño hay unos 10 kilómetros. Hasta Tui son 20 km. Multiplicadas las tasas por los trayectos que cubren a diario las empresas, los peajes terminan suponiendo una gravosa factura.
Alonso insiste en que lo que pide el colectivo para el trecho entre Puxeiros y Tui no es muy distinto a lo que ya se negocia en otros puntos de España. En Castilla y León, por ejemplo, el gobierno autonómico y central trabajan en un acuerdo para que los camiones puedan beneficiarse de bonificaciones de hasta el 75% en las autopistas AP-1, en Burgos, y A-71, entre León y Astorga. El objetivo de ambas administraciones: descongestionar las carreteras N-1 y N-120. En agosto se apuntaba que la meta era que los descuentos entrasen en vigor antes de que finalice este año.
"La solución definitiva es el túnel. No sabemos cuándo, pero hay que hacerlo. A corto plazo sin embargo la gratuidad o casi gratuidad del tramo de AP-9 entre Vigo y Tui resulta imprescindible", insiste el presidente de Asetranspo antes de recordar que la A-55 se "colapsa" con frecuencia y padece además un grave problema de siniestralidad entre Vigo y Porriño. "Debería aplicarse una rebaja de verdad en la autopista, del 75%, como por ejemplo en Castilla y León".
Alonso está convencido de que con una política tarifaria atractiva y bonificaciones para los profesionales, el 90% del tráfico pesado se canalizaría a través de la AP-9. La autopista permite circular a más velocidad -la A-55 tiene muchos trechos limitados a 60 y 80 km/h-, está libre de embotellamientos y es mucho más segura. La autovía entre Vigo y Porriño ostenta el triste honor de soportar en la conocida como curva del Molino el "punto negro" con más accidentes con heridos de la red estatal. Diferentes estudios de Fomento reflejan de forma clara su alta siniestralidad.
Para atajar ese grave problema Fomento inició a finales de 2015 unas obras de reforma con un presupuesto de 5,98 millones de euros. Los trabajos -que acumulan un retraso considerable con respecto a la fecha comprometida en un inicio, hace ya casi tres años- contemplan, entre otras actuaciones, la ampliación de carriles de incorporación y salida para evitar choques por alcance. Alonso valora la reforma, aunque precisa que no es la solución. "Evitará algún accidente, pero es un parchito", reflexiona. Fomento ha avanzado ya que plantea abrir al tráfico la mayoría de puntos reformados este mismo mes.
Confederación empresarial
"No renunciamos a la variante de la A-55, pero en el corto plazo no podemos mantener la autovía con la siniestralidad que tiene", coincide el presidente de la Confederación de Empresarios de Pontevedra (CEP), Jorge Cebreiros, partidario de adoptar dos medidas de forma "inmediata": rematar las obras de mejora de la A-55 y replantearse el gravamen de la autopista entre Puxeiros y Tui. "Es algo que se puede hacer en el corto plazo y tiene un coste asumible", aboga Cebreiros, convencido de que probablemente la propia concesionaria de la AP-9 ganaría con la medida al ver incrementado el tráfico en el recorrido Vigo-Tui, un corredor de más de 35 kilómetros ahora completamente infrautilizado.
Al igual que Alonso, Cebreiros plantea que la bonificación se aplique al menos a los viajes de profesionales. "Se está afectando a su competitividad", advierte el responsable de la patronal provincial.
in Faro de Vigo
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