El tudense Iván Pereira, pupilo de Gustavo Rodríguez, ha logrado en Malasia su clasificación para el campeonato del mundo de Kona de 2019 en grupos de edad
A Iván Pereira le espera un 2019 cargado de emociones. El tudense acaba de lograr en Malasia su clasificación para el Ironman de Kona (en la categoría de grupos de edad) del año que viene y aprovechará la circunstancia para celebrar en Hawaii su luna de miel, ya que pasará por el altar el próximo año. "Será un gran año en todos los sentidos", anuncia el tudense, que ha recorrido un largo camino para llegar a cumplir su sueño de estar en la cita más importante y prestigiosa del Ironman mundial.
En un principio sus planes pasaban por disputar un Ironman en China en el septiembre. Un día antes de coger el avión recibió un email en el que le indicaban que la prueba había sido suspendida. Fue un shock porque toda su preparación giraba en torno a esa prueba. "Al día siguiente aún no podía creerlo", indica. Pese a que pudo recuperar el dinero que había invertido en esa prueba, su "pico de forma" estaba programado para esa carrera. "Estaba en mi mejor estado de forma, pero las cosas son así. Tuve que organizarme de nuevo y me dieron la opción de competir en Cascais, dos semanas después, en un 70.3". Allí acudió con Gustavo Rodríguez, su entrenador y amigo, con el que comparte el sueño de estar en Kona (aunque el reto de Gustavo Rodríguez es clasificarse en la categoría PRO).
En la cita lusa las cosas fueron muy bien. "Quedé 40º en la general de 3.000 personas y noveno en mi grupo de edad (de 30 a 34 años)". Así que se animó a planificar la cita de Malasia. Tuvo que organizarse en el trabajo, hablar con el jefe (es entrenador en un gimnasio) porque ya había pedido sus vacaciones para la cita de China: "Se portó muy bien y me dio los días".
Así que otra vez a ver vuelos y a organizar el viaje. En medio de los preparativos llegó la lesión de Gustavo Rodríguez, que tenía como reto acudir también a Malasia en busca del billete para Hawaii. "Tuvo problemas en un tibial, lo que le impedía correr y le provocaba molestias en la bici y no pudo venir", se lamenta su pupilo. "Él quiere clasificarse en la categoría profesional. Lo tiene más complicado ya que ahora la clasificación no es por puntos, pero yo creo que iba a conseguirlo porque estaba muy bien físicamente. Me hubiera gustado que viniera también", indica.
Iván Pereira llegó en un "mar de dudas" a la isla de Langkawi, donde se disputaba la prueba malaya. "Al hacerse tan larga la temporada, al trabajar y todo, no sabía muy bien cómo iba a salir todo", explica. Además, iba con una sobrecarga en una pierna. "Llegué sin haber podido correr las tres semanas anteriores" y viajó con la incertidumbre de si aguantaría la carrera a pie. "Empezó a darme muchas vueltas la cabeza, pero al final cambié el chip y me dije que ya se acababa la temporada, que había que darlo todo ahí y que después ya vendría el descanso". Funcionó, y se trajo de vuelta el billete para Hawaii, tras superar además el contratiempo de sufrir dos pinchazos durante la transición de bicicleta que le hicieron perder 20 minutos. Al final fue sexto en su grupo de edad y de no perder ese tiempo hubiera sido, quizá, primero. "No me vine abajo y me obligué a seguir hasta el final, dándolo todo. Ya no había vuelta atrás". Pese a llevar tres semanas sin correr firmó el mejor parcial a pie de su grupo de edad.
"El cuerpo te sorprende a veces. Por el ritmo al que iba en bicicleta tenía miedo de acabar acusando el esfuerzo en la carrera a pie, pero no fue así. Me salió una bici de las más rápidas del Ironman, y la carrera a pie también". Pereira cree, en este sentido, que la clave fue haber hecho "una buena hidratación y alimentación en carrera".
Desde que empezó a trabajar con Gustavo Rodríguez ha experimentado "un salto muy grande en su rendimiento", sobre todo en la bicicleta y en la carrera a pie. "Yo quiero que venga y que esté allí, en Kona. Sería increíble que consiga clasificarse para estar compitiendo con los mejores del mundo y estando los dos va a ser genial", dice.
Pereira ya había intentado el pasado año su asalto a Kona, en Taiwán, pero tuvo que retirase por lesión cuando iba tercero. En Malasia se ha quitado esa espinita y ya puede planificar su luna de miel en Hawaii, pero antes, cita obligada en Pontevedra, que acogerá en 2019 el campeonato del mundo de larga distancia.
in Faro de Vigo
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