En su punto más concurrido, antes del entronque con la autovía A-52 que enlaza la comarca viguesa con Ourense, la A-55 llega a superar los 47.600 vehículos diarios. De ellos cerca del 3%, unos 1.500, son camiones que salen de Vigo para dirigirse a Ourense, el centro de la península o Portugal. Al sur de ese punto -y a medida que la autovía se adentra en una zona de fuerte perfil industrial- el volumen de transporte pesado es incluso mayor y roza los 3.100 vehículos diarios, el 9,43% de todos sus usuarios. Solo unos kilómetros después, a la altura del polígono de As Gándaras, en Porriño, la afluencia de tráileres vuelve a crecer hasta rondar los 4.300 diarios.
Los datos de la A-55 no tienen nada que ver con los de la AP-9, autopista de pago que transcurre prácticamente en paralelo hasta Tui, donde ambos viales se entroncan para adentrarse en Portugal. A la altura del parque empresarial de Mos, la autopista recibe apenas 754 camiones y algo más al sur la media se sitúa en 377, lo que representa, en ambos casos, cerca del 9% de todo el tráfico. En la práctica esos números significan que la A-55 llega a mover hasta 11 veces más tráfico pesado que la autopista. La proporción no es muy diferente a la que arrojan los desplazamientos de coches particulares.
¿Cómo se explica que un vial reciba una media de 44.000 vehículos diarios y otro que transcurre en paralelo se quede en solo 4.000? ¿Cuál es la razón de que por la autopista circulen apenas 167 conductores cada hora mientras la autovía, con un trazado mucho más sinuoso, más tráfico y siniestralidad -tanto, que al llegar a Mos soporta el "punto negro" con más accidentes del país- multiplique ese resultado? La explicación es simple: el peaje que aplica Audasa en la AP-9.
Circular entre Vigo y Tui cuesta 2,7 euros a un vehículo particular. La factura se eleva a 4,45 o 5,9 euros para los camiones, dependiendo de su tamaño y peso. Recorrer los cerca de 30 kilómetros que separan ambas localidades tiene un coste en combustible de 3,03 euros. En la práctica eso significa que usar la AP-9 supone para el conductor un desembolso global de entre 5,7 o 8,9, dependiendo del vehículo que utilice, frente a los 3,03 de la autovía A-55.
El eje de comunicaciones por carretera entre el sur de Pontevedra y el norte luso es crucial, ya que destaca como el segundo punto más permeable de toda la frontera de España.
in Faro de Vigo
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