Un veterano filatelista de O Baixo Miño posee la mejor colección de Caminos de Santiago. Hace cinco años se impuso en esta sección temática del certamen internacional celebrado en León y hace dos viajó a China a petición de la Embajada Española a través de la Xunta. «Mi colección tiene unos 10.000 sellos y cartas vinculadas a los Caminos de Santiago», explica Carlos Pérez-Fonterosa, que se confiesa «un filatélico puro porque solo me importa el valor emocional, no me dedico al negocio».La joya de la corona es un bloque de cuatro sellos sin dentar, de un valor de 40 céntimos, conmemorativos del Año Santo Compostelano de 1943. «A día de hoy no se conoce ningún otro filatélico que posea el bloque, por eso es el más codiciado», indica el experto. El más cotizado no es, sin embargo, el de mayor valor para él. Es el único de los doce amigos que aún puede contar cómo fundaron en 1963 la sociedad de filatelia de Tui. Hasta ahora el Grupo Numismático y Filatélico, del que sigue siendo secretario, ha logrado 9 sellos para Tui y su proyección internacional. Los más valiosos para Carlos son los primigenios. «Tenía doce años y los compré en Vigo, fueron los tres sellos de la emisión conmemorativa del Año Santo de 1937», desvela. Pagó por ellos 1,35 pesetas, «los ahorros de seis semanas, porque de aquella nos daban una paga los domingos de un real, que eran 25 céntimos». Ese mismo Año Santo, Carlos Pérez- Fonterosa padre le había regalado su libreta de estampillas. «Era solo una libreta, incluso con renglones, y tenía los sellos pegados, pero a mí me encantó», recuerda con claridad. «Llevo 81 años coleccionando sellos y no pienso dejarlo por ahora», asegura con elegante humor el flamante coleccionista. Y no solo colecciona sellos, sino también esculturas de Santiago. Y amigos, porque a este tudense que el próximo 17 de agosto cumplirá 90 primaveras se le profesa un gran respeto por su trayectoria dentro y fuera del municipio. Concejal de Hacienda y teniente de alcalde con el ilustre médico José Casal Aboy a finales de los sesenta, Pérez-Fonterosa es uno de los mejores embajadores de Tui y colaborador habitual en los archivos y museos de Valença do Minho. Los trofeos ganados en concursos y muestras dieron pie a su antológica colección de esculturas de Santiago Apóstol. «Tengo entre 130 y 140 expuestos entre las cuatro paredes de mi estudio y una vitrina», desvela. Tras cada uno de ellos hay una exposición, un familiar o un amigo que allá donde va se acuerda de la dedicación de Carlos al patrono de Galicia. Las hay de todos los tamaños, estilos, edades y materiales. Y de todos los precios, pero el valor se centra de nuevo en el amor a cada pieza. «La más importante es la que me regaló mi hija, porque el día que yo la encontré en Portugal no puede comprarla y días después ella la buscó», explica. Ninguno de sus tres hijos ha heredado su pasión, pero la comparte con su yerno.«No pienso dejarla de momento», advierte su dueño, el tudense Carlos Pérez-Fonterosa
Un veterano filatelista de O Baixo Miño posee la mejor colección de Caminos de Santiago. Hace cinco años se impuso en esta sección temática del certamen internacional celebrado en León y hace dos viajó a China a petición de la Embajada Española a través de la Xunta. «Mi colección tiene unos 10.000 sellos y cartas vinculadas a los Caminos de Santiago», explica Carlos Pérez-Fonterosa, que se confiesa «un filatélico puro porque solo me importa el valor emocional, no me dedico al negocio».La joya de la corona es un bloque de cuatro sellos sin dentar, de un valor de 40 céntimos, conmemorativos del Año Santo Compostelano de 1943. «A día de hoy no se conoce ningún otro filatélico que posea el bloque, por eso es el más codiciado», indica el experto. El más cotizado no es, sin embargo, el de mayor valor para él. Es el único de los doce amigos que aún puede contar cómo fundaron en 1963 la sociedad de filatelia de Tui. Hasta ahora el Grupo Numismático y Filatélico, del que sigue siendo secretario, ha logrado 9 sellos para Tui y su proyección internacional. Los más valiosos para Carlos son los primigenios. «Tenía doce años y los compré en Vigo, fueron los tres sellos de la emisión conmemorativa del Año Santo de 1937», desvela. Pagó por ellos 1,35 pesetas, «los ahorros de seis semanas, porque de aquella nos daban una paga los domingos de un real, que eran 25 céntimos». Ese mismo Año Santo, Carlos Pérez- Fonterosa padre le había regalado su libreta de estampillas. «Era solo una libreta, incluso con renglones, y tenía los sellos pegados, pero a mí me encantó», recuerda con claridad. «Llevo 81 años coleccionando sellos y no pienso dejarlo por ahora», asegura con elegante humor el flamante coleccionista. Y no solo colecciona sellos, sino también esculturas de Santiago. Y amigos, porque a este tudense que el próximo 17 de agosto cumplirá 90 primaveras se le profesa un gran respeto por su trayectoria dentro y fuera del municipio. Concejal de Hacienda y teniente de alcalde con el ilustre médico José Casal Aboy a finales de los sesenta, Pérez-Fonterosa es uno de los mejores embajadores de Tui y colaborador habitual en los archivos y museos de Valença do Minho. Los trofeos ganados en concursos y muestras dieron pie a su antológica colección de esculturas de Santiago Apóstol. «Tengo entre 130 y 140 expuestos entre las cuatro paredes de mi estudio y una vitrina», desvela. Tras cada uno de ellos hay una exposición, un familiar o un amigo que allá donde va se acuerda de la dedicación de Carlos al patrono de Galicia. Las hay de todos los tamaños, estilos, edades y materiales. Y de todos los precios, pero el valor se centra de nuevo en el amor a cada pieza. «La más importante es la que me regaló mi hija, porque el día que yo la encontré en Portugal no puede comprarla y días después ella la buscó», explica. Ninguno de sus tres hijos ha heredado su pasión, pero la comparte con su yerno.
in La Voz de Galicia
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