El músico y realizador gallego firma una personal recreación teatral sobre el mago del suspense al puro estilo «biosainete»
Víctor Coyote (Tui, 1958) inventa un Alfred Hitchcock (1899-1980) laico porque han llegado cambios a la eternidad, al cielo, y aquello deja de ser católico, y, laicamente, el director británico autor de míticos filmes pasa a ser demasiado vulgar. Esta podría ser la sinopsis de un experimento teatral que repite el multidisciplinar artista pontevedrés, y que, como él mismo explica, «no hay nada parecido que se haga en paralelo a una exposición». Víctor Aparicio Abundancia añade así a su actividad tan diversa lo que es un biopic, pero al que saca punta bajo la denominación personal de «posible biosainete». Recientemente se representó en la Fundación Telefónica de Madrid, en Fuencarral, con el aforo completo, en la que fue ya la cuarta función de ¡Suspenso!, título de esta creación de cuarenta minutos de duración e incluida en la exitosa exposición Hitchcock, más allá del suspense, comisariada por el profesor de Historia del Cine y de Historia de la Fotografía y también director de cine Pablo Llorca, y que, por cierto, puede verse en Madrid hasta hoy, último día de la muestra.«Alfred Hitchcock era un tipo católico, acomplejado, experto en el mundo cinematográfico, y muy controlador, autoritario y machista. Hitchcock era más feo que Marlon Brando, por eso se le disculpa menos», explica Coyote, descripción que no quita su máxima admiración por su filmografía y por su aportación al mundo cinematográfico. Pero en ¡Suspenso! no se trata de hacer una biografía sino de aportar una visión personal, pura ficción en la que él mismo encarna al genial director. Así surge un personaje que en la obra se llama Alfredo Hitchcoq, en un reparto que completan Amparo Climent, como Tipi Gedren, y Malena Gutiérrez, como Alma Rebille. Junto a Javier Díez, como músico.Código igualitarioLa trama de este peculiar montaje teatral se completa así: «Devuelto a la Tierra para purgar su incorrecta conducta, su misión será rodar una película bienintencionada de carácter social y trabajará con Tipi Gedren, una de sus rubias fetiche. Por supuesto deberá de tratarla siguiendo el más estricto código igualitario y no del modo machista y déspota al que la sometió en los rodajes de sus películas».De momento, las representaciones han sido un éxito que celebra el que fue creador de la mítica banda Los Coyotes: «La mejor prueba de que funciona es que hemos llenado siempre las 170 butacas», asegura.El músico, diseñador gráfico, realizador de documentales y videoclips e ilustrador completa así un póker de biopics que comenzó con el que dedicó al fotógrafo gallego Virxilio Viéitez, cuando representó El fotógrafo de Soutelo (2013), y al que siguieron En la cabeza de Tesla (2014) y En las entrañas de Julio Verne (2015). Todos, personajes universales de aquí y de allá pero observados bajo la óptica del inquieto Víctor Coyote.
in La Voz de Galicia
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