Vivir cerca de alguien no siempre significa vivir de la mano. Se puede vivir de lado, mirando de reojo lo que al otro le sucede o, incluso, de espaldas. Eso es precisamente lo que, según el Concejal de Turismo, Laureano Alonso, ha pasado hasta hace cuatro años en Tui, la última ciudad gallega antes de Portugal
Los 10 kilómetros que la separan de su vecina portuguesa, Valença do Minho, pueden parecer un abismo; y no precisamente por los escasos 15 minutos de viaje en coche. «España y Portugal son mundos totalmente distintos, con leyes y hábitos de vida diferentes», comenta Alonso.
A pesar de ello, en 2012 Valença do Minho y Tui decidieron apostar por un destino conjunto y se convirtieron en eurociudad. Por aquel entonces, el Presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, otorgó el beneplácito a la creación de la eurociudad Tui-Valença do Minho, considerándola una oportunidad de desarrollo desde el punto de vista económico, comercial, empresarial, tecnológico, turístico y académico para las dos localidades fronterizas que, a la vez, permitirá ganar centralidad en Europa y conseguir vías de financiación europea.
Sin embargo, esas ayudas no han llegado como cabía esperar. «La UE propuso la creación de la eurociudad pero ahora mismo la intención es que se hable más de eurorregión porque las eurociudades están pensadas para un volumen de población más grande que Tui-Valença; nosotros no llegamos a 40.000 habitantes y, para que haya subvenciones de la UE, necesitamos un contingente de población mucho mayor, de 100.000 habitantes».
Por eso, Alonso matiza que la eurociudad Tui-Valença «no existe como entidad jurídica diferenciada sino como parte de la eurorregión del sur de Galicia y norte de Portugal». Aunque no por ello su unión es menos real, como muestran los 348.000 resultados que el buscador Google ofrece -mientras eurociudades como Verín-Chaves se quedan en 147.000 resultados-.
De hecho, Tui-Valença ya han paseado su unión por la pasada edición de FITUR y, en los últimos días, han estado presentes en la Feria Internacional de Turismo (BTL) con el fin de promover la afluencia de visitantes en su zona.
El trabajo al otro lado
Tui-Valença es una de las cuatro eurociudades que España comparte con Portugal, nacidas como acuerdos entre municipios próximos vinculados históricamente. En gran parte, el objetivo de estas nuevas urbes conjuntas era compartir recursos y generar sinergias para la promoción de estas áreas geográficas, aunque el aumento del trabajo transfronterizo se ha convertido en una de las consecuencias.
Son muchos los trabajadores que han visto la apertura de posibilidades que su situación tiene y cruzan la frontera en busca de oportunidades. El problema es la importante diferencia salarial. «Un ciudadano portugués que trabaje en Tui va a tener un poder adquisitivo alto; pero un ciudadano español que trabaje en Valença va a tener un poder adquisitivo bajo porque los salarios son inferiores».
Alonso pone un ejemplo: «Una empresa multinacional asentada en Vilanova da Cerveira (Portugal) contrata personal a jornada completa por 400 euros al mes. En Portugal eso ya es un salario mísero pero en España es absolutamente impresentable.»
Reconoce que, a pesar de las condiciones, muchos y muchas siguen buscando trabajo al otro lado e incluso se han formado familias gallego-portuguesas que viven viajando constantemente entre ambos países. Pero «aunque se hayan formado matrimonios entre ambas ciudades, hay mucha diferencia cultural y eso la UE no lo resuelve en 20 años. El acercamiento entre España y Portugal es cada día mayor pero todavía falta mucho por recorrer».
Pros y contras de la vida juntos
Ser eurociudad les ha servido para compartir proyectos en el sector turístico, cultural y, sobre todo, en el deportivo. «Al año hacemos en torno a 20 iniciativas como eurociudad, que incluyen fútbol, baloncesto, ajedrez, natación, senderismo… que traen turistas a Tui» y, por tanto, beneficios en hostelería y alojamientos.«Hay una permeabilidad en cuanto a la frontera que hace que se compartan muchos eventos. Eso ha supuesto un esfuerzo económico conjunto: Tui pone 50.000 euros al año y Valença otros tantos para poder hacer esos eventos», afirma.
Sin embargo, Alonso hecha la vista atrás y admite que la condición de frontera supuso en Tui un plus económico durante muchos años. «Cuando España entró en la UE, la desaparición de las fronteras supuso una decadencia de todas las ciudades y pueblos fronterizos porque antes había un negocio asociado al hecho de ser frontera. La libre circulación de personas y mercancías hizo que el comercio de Tui se viese muy resentido. Valença supo adaparse mejor».
Hoy en día, la influencia económica de su situación geográfica es pequeña y sigue teniendo algunos inconvenientes como la influencia del roaming en la factura del teléfono, que puede llegar a ser mucho más alta porque, debido a la cercanía con el país vecino, «los móviles se conectan a compañías portuguesas y no te enteras hasta ver la factura».
No obstante, Alonso sigue pensando que el aumento de relación entre los dos municipios es positivo. «Tui y Valença do Minho representan dos culturas que llevan muchos siglos de vivencias separadas. Creo que la unión a través de las eurociudades es el camino, pero es un sendero largo y complicado».
La marea de Tui
Además de fronterizo, Tui presume de ser el municipio de España con más variedad en representación política. «Tenemos ocho partidos políticos representados en el Concello y en el gobierno tenemos cuatro: la alcaldía es del PSOE y después está BNG, Alternativa Tudense y la plataforma ciudadana y marea Son de Tui -de la que formo parte-».
Desde su rincón de España, hace un llamamiento a los políticos nacionales. «Nuestro ayuntamiento es un ejemplo de democracia. Lo que pasa que no hay cultura política en este país sobre los pactos, donde lo que importa llegar a acuerdos sobre un proyecto. Lo que no se puede es pensar que uno siempre tiene la razón; hay un hábito pernicioso en la política de este país donde se piensa que las mayorías son la única fórmula para gobernar. El diálogo permite avanzar y creo que Tui es un ejemplo». Una vez más, Alonso apuesta por vivir de la mano.
in Gonzoo
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