«Mi hija ha vuelto a nacer» dice el padre de una joven que se salvó por segundos de ser sepultada por la avalancha
Ayer se rozó la tragedia en la parroquia tudense de Paramos. «Mi hija pasó con el coche y justo al rebasar el muro ya escuchó es estruendo, todo se había caído sobre la carretera». Fernando Alonso fue uno de los testigos del derrumbamiento de un muro de piedra de más de seis metros de altura que se precipitó sobre la carretera justo cuando su hija llegaba a casa, a veinte metros del derribo.
«Fueron segundos, todo empezó a moverse y las piedras caían arrastradas con la tierra llevándose todo lo que encontraban por delante», confirmaban los vecinos atónitos. «Mi hija hoy ha vuelto a nacer», indicaba a pie de carretera Fernando Alonso.
Entre los vehículos que horas antes pasaron por esa carretera secundaria que une los barrios de A Fonte da Costa y San Caetano bordeando el muro, «está el autobús de los niños del colegio», recordaban los vecinos sin querer pensar en lo que pudo haber pasado.
Sobre la vía se precipitaron más de un centenar de bloques de granito de mampostería con un peso medio estimado de 1.000 kilos por pieza. «Son unas 150 toneladas de piedra las que se han precipitado de repente sobre la vía», indicaron los técnicos que trabajaron durante todo el día en el lugar. La concejala de Urbanismo, Yolanda Rodríguez, se personó de inmediato en el lugar, con el arquitecto municipal al igual que la Policía Local y los bomberos de O Baixo Miño. La tensión fue máxima hasta que se comprobó que no había nadie bajo las piedras. «Tras la valoración técnica se decidió acotar toda la zona cortándose el acceso a ese vial y buscando accesos alternativos a las viviendas que no supusieran mayores riesgos», explicó la edila.
Yolanda Rodríguez se entrevistó también con los dueños de la propiedad para valorar la situación y las circunstancias del derrumbe. «Mañana se procederá a la revisión de la licencia de construcción del muro para comprobar que se ajuste a la licencia concedida por el Concello», avanzó la concejala.
A última hora de la tarde dos grúas con palas seguían trabajando en la zona. Dedicaron todas las horas del día para poder retirar las piedras que se amontonaron sobre la vía y está previsto que los trabajos se retomen esta mañana. La edila de Urbanismo avanzó que hoy realizarán una nueva visita al lugar para evaluar los daños. La caída fue tan fuerte que las piedras se llevaron por delante parte del cierre de piedra de la casa de enfrente.
Aislados en Ponteareas
También en Randufe se cayó otro muro, pero mucho más pequeño. En Moreira, el desbordamiento del río Tea dejó aisladas diez casas habitadas desde la media tarde de ayer.
in La Voz de Galicia
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