A punto de cumplirse un año desde que parte de los voladizos de la fachada de una casa en ruinas en la zona escolar de Tui se vinieran abajo sobre la acera, aún no se han acometido las medidas de seguridad «urgentes» que dictaron los técnicos municipales en el expediente de ruina. El cúmulo de despropósitos alarga la agonía del inmueble, al que recientemente se le cayó otra parte del tejado aunque no sobre la vía principal. La concejala de Urbanismo, Yolanda Rodríguez, que fue la que abrió el expediente de ruina y acudió al banco propietario del edificio para agilizar los trámites debido a la sensibilidad de la zona escolar en la que se ubica, confirma que el proceso se ha vuelto a bloquear.
El apremio del Concello hizo que el banco encargara el proyecto de demolición y obtuvieron enseguida la licencia de obra. «Para sorpresa de todos y justo cuando tenían que empezar los trabajos, nos han pedido que hagamos un cambio de titularidad de la licencia y que se la demos a nombre de otra inmobiliaria», asegura la concejala visiblemente contrariada por los continuos incumplimientos de los trámites.
Yolanda Rodríguez dice que desde el Concello se están dando todos los pasos para agilizar el proceso pero no oculta tampoco el malestar que comparten todas las familias que, a diario, llevan a sus hijos a los centros escolares de esta avenida, con más de un millar de alumnos de todas las etapas educativas desde infantil a bachillerato. El edificio está en la acera contraria pero justo en el único paso de cebra que da acceso directo al Conservatorio Profesional de Música, al colegio y al instituto Indalecio Tizón.
Sin acera
El tener que haber vallado esa zona incrementa los riesgo porque obliga a los peatones a invadir la calzada de la principal vía de circulación del centro urbano, la avenida de la Concordia. Así está desde abril del año pasado, cuando los bomberos de O Porriño acudieron a retirar las decenas de cascotes que se precipitaron a la acera. En ese momento comenzó el periplo para intentar localizar a los dueños de la propiedad, inscrita en un principio a nombre de una promotora inmobiliaria que quebró.
La concejala de Urbanismo destacó que fue el nuevo gobierno el que abrió expediente, o sea el que en octubre consiguió saber que la propiedad era entonces de un banco.
La situación se bloquea de nuevo justo cuando empiezan de nuevo las clases y los peores temporales que se registran desde el primer desplome de la fachada.
in La Voz de Galicia
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