domingo, 13 de janeiro de 2019

La fortaleza abaluartada de Valença

Iniciada la guerra por la Restauración de la Independencia (1640-1668), Valença era una de las localidades más expuestas a los ataques españoles, cuyas tropas la intentaron tomar en 1643 y 1657 siendo en esas ocasiones rechazadas por las fuerzas portuguesas. El proyecto de fortificación que se puso en marcha entonces alumbró una de las mas significativas realizaciones militares de la historia portuguesa.
El diseño se debió a Miguel de l’Escole, ingeniero militar francés contratado por el monarca João IV y nombrado “Maestro de todas las obras de fortificación” en el norte de Portugal. Junto a Valença, a su diseño se deben las obras de fortificación de Monçao y Chaves, asi como el Forte de Queijo de Porto.
Las obras comenzaron en 1661 quedando formalmente concluidas en 1713, bajo la dirección del arquitecto Manuel Pinto Vila Lobos, del que se conserva un bello dibujo de la planta. No obstante, durante todo el siglo XVIII se realizaron mejoras y se construyeron nuevos baluartes.
Medio siglo de trabajos alteró radicalmente la fisonomía de Valença y su relación con el río, separados, a partir de entonces, por una gigantesca malla de baluartes y de revellines a diferentes niveles, comunicados entre sí a través de fosos y de pasadizos superiores.
La nueva fortaleza se dividía en dos áreas, aún hoy bien diferenciadas, interconectadas por la Porta do Meio.
Al Norte se encuentra el recinto denominado “Magistral” o de la “Vila”, sensiblemente rectangular, que abarca el viejo núcleo medieval, donde se concentraba el grueso de la población y los principales equipamientos sociales y administrativos. Está constituida por siete baluartes y tres revellines.
Al Sur se sitúa el recinto de la “Coroada”, un área menor, pero practicametne expedita de construcciones. Está constituida por tres baluartes y dos revellines.
Rodeando los dos espacios urbanos se construyó una densa malla de baluartes, revellines y fosos, que cercaba la ciudad y permitía un amplia visibilidad y cobertura de tiro.
Pese a toda esa -en principio- inexpugnable fortaleza levantada a lo largo del siglo XVIII, durante la Guerra Peninsular Valença fue asaltada, cayendo en 1809 ante las tropas napoleónicas bajo el mando de Nicolas Jean-de-Dieu Soult. Al abandonar la plaza ese mismo año, los franceses minaron las Portas do Sol, su cortina de muralla y la puerta de su revellín. Los trabajos de restauración y de construcción de nuevos baluartes y revellines se prolongaron en las primeras décadas del siglo XIX, dirigidos en un primer momento por el ingeniero Maximiano José Serra y supervisados por el teniente general Matias José Dias Azedo.
A partir de 1927 Valença fue perdiendo de forma progresiva su carácter militar. En 1928 las “Fortificações da Praça de Valença do Minho” fueron clasificadas como Monumento Nacional.
El Ayuntamiento de Valença de Minho presentó en 2016 la candidatura de las “Fortaleças Abaluartadas da Raia” a Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. La candidatura se presenta juntamente con otras tres ciudades portuguesas, Marvão, Almeida y Elvas. La candidatura plantea que estas fortalezas de la raya entre España y Portugal forman un sistema único en todo el mundo que bordea una de las fronteras más antiguas de Europa.
in Miscastillos

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