Es tan crítico con la clase política que cree que «los que están son muy malos, pero los que vendrán serán aún peores». Como representante de los empresarios de Valença, reconoce que la frontera les da vida, productos más baratos al otro lado y clientes, pero a costa de que muchos sectores de su región no puedan competir con los gallegos al contar con impuestos más elevados. Solo sus hijos pequeños lo retienen en Portugal, dice, pues sueña con establecerse en algún lugar «donde la palabra crisis no se pronuncie cien veces al día y donde los políticos den ejemplo de moralidad». Natal advierte que la gente mayor lo está pasando mal en su país y apunta como el gran mal de Portugal a «la burocracia, que cierra todas las salidas y proyectos».
in La Voz de Galicia
in La Voz de Galicia
Sem comentários:
Enviar um comentário