La boca mide 1,80 metros y está en la Puerta Gabiarria, dentro de la fortaleza
Las prospecciones arqueológicas que se llevan a cabo en la fortaleza de Valença do Miño han permitido sacar a la luz un pozo medieval del siglo XIII. Técnicos del Instituto de Gestión del Patrimonio Arquitectónico visitarán esta semana el espacio, catalogado como monumento nacional, para tomar conocimiento del hallazgo y determinar las medidas para su posterior puesta en valor, avanzó el alcalde, Jorge Mendes Salgueiro.
No hay que esperar tanto para hacerse idea de su valor y potencial ya que, según confirma el doctor de la Universidad de Minho Luis Fontes, responsable de toda la recalificación del recinto, «haber podido redescubrir este pozo, de entre los siglos XIII y XIV, confirma el modelo de fortificación de las villas medievales». «Hay ya una referencia visible que también confirma la calidad constructiva de la época y su capacidad de autosuficiencia», explica Luis Fontes. Además de su «óptimo» estado de conservación, sorprende el buen estado de todos sus elementos.
Se localizó donde se buscaba: en la Porta da Gabiarria, ya que había documentación sobre el tema que lo localizaba en este punto. El pozo, por el que aún circula el agua, estaba tapiado con una pared de varios metros que fue preciso demoler para localizarlo a unos dos metros hacia abajo. La boca de entrada tiene 1,80 metros de altura, por lo que hay quien ya ha podido recorrerlo a pie « hasta una especie de sala, que acaba en arco semicircular y que mide 2,30 por 2,5 metros».
Análisis
Los estudios sobre uno de los vestigios medievales más importantes que alberga el recinto fortificado comienzan aún ahora, avanzan los expertos.
Hará falta que se escudriñe cada pieza para desvelar más detalles del ingenio que, presumiblemente, consiguiera su agua de una mina y que eso sí, goza ya de la misma protección que su conjunto. El pozo está localizado bajo el jardín del popular parador de San Teotonio, por eso se entiende que la pared que tapiaba el acceso pudiera haberse construido a la par que el propio establecimiento hotelero, dedicado al primer santo portugués en la década de los sesenta.
El contrafuerte, que tampoco se encontraba a la vista, se situaría según el doctor Luis Fontes, en el momento de la cimentación de la fortaleza moderna, construida con posterioridad, en el siglo XVII.
in La Voz de Galicia
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