terça-feira, 20 de outubro de 2015

La mala señalización aumenta el peligro de entrar al revés en la A-55 en Guillarei

El acceso a la autovía A-55 desde la carretera nacional 550, en Guillarei, se presta a la confusión. La señales que advierten de una curva peligrosa a los conductores que se dirigen a la autovía están situadas en el carril de salida. Esta situación facilita que los usuarios puedan despistarse y meterse por la dirección equivocada siguiendo estos indicativos. Los vecinos del barrio de Albelos han sido testigos en varias ocasiones de turismos que se han incorporado en dirección contraria a la autovía. El último del que tienen constancia fue hace quince días, según relata una vecina de la zona.
Los vehículos que caen en la trampa entran por la salida 24 y se encuentran de frente con los coches que se dirigen a Portugal. Afortunadamente no se ha producido ningún accidente mortal como los que han sucedido en la salida norte de Tui o, de forma más reciente, en la salida 22 hacia el polígono de A Granxa. Hasta ahora, los conductores despistados han podido reaccionar a tiempo y dar la vuelta. Pero los vecinos urgen medidas para evitar tener que lamentar daños personales en el futuro. El riesgo además ha aumentado desde que una furgoneta resbaló con una mancha de aceite y derribó la única señal que indicaba la dirección correcta para entrar en la autovía. El siniestro tuvo lugar el pasado 19 de septiembre y, desde entonces, la señal permanece tirada en el suelo junto a la mediana de cemento, sin que la haya repuesto el servicio de mantenimiento de carreteras.
Accesos
Este tramo de carretera por el que se accede a la autovía sirve también de acceso al barrio de Albelos por medio de un cruce que carece de visibilidad y que los vecinos afirman que es muy peligroso.
Herminio Carballeda, gerente del motel Trebol, lamenta que la calzada no tenga ningún tipo de tratamiento ni señalización que permita a los residentes del entorno poder acceder a sus casas en unas condiciones seguras.
Los vehículos que llegan desde la carretera nacional y que no van a meterse a la autovía se ven obligados a hacer un giro hacia la izquierda en el comienzo de una curva. «Este lugar es una fuente de accidentes», manifiesta este empresario, que recuerda que había un plan para arreglar el acceso que nunca se llegó a ejecutar.
«Estaba para hacer una rotonda y ahí quedó; después cambió el alcalde y ahí quedará, porque prometer, prometen moito», añade una vecina del lugar. Los vecinos de Albelos carecen además de unos accesos peatonales para poder cruzar la autovía y llegar hasta la parada de autobús, ubicada junto al hotel Alfonso I. Antes de la construcción de la autovía sí contaban con un camino para poder llegar andando hasa Tui, pero desde que se trazó la doble calzada quedaron más aislados.
Hace años los residentes del entorno se movilizaron y llegaron a paralizar unas obras con las que el Ministerio de Fomento pretendía prolongar la mediana de la entrada a la autovía, lo que iba a bloquear un acceso al barrio y la entrada al motel. Aquella acción les sirvió para que la empresa adjudicataria de las obras les presentara una demanda por los costes ocasionados tras sucesivas paralizaciones de los trabajos. No obstante, el asunto quedó en nada porque cuando llegó la fecha para celebrarse el juicio los demandantes no se llegaron a presentar a la vista.
El entonces alcalde, Antonio Fernández Rocha, se puso de parte de lo vecinos y el conflicto se resolvió en el año 2010 con la cesión por parte del Gobierno central al ayuntamiento del tramo de carretera desde la que se accede a la autovía. Los vecinos de este barrio de Guillarei cuentan con otro acceso, pero les obliga a dar una vuelta mayor y ahora piden un proyecto de mejora de la seguridad vial para poder entrar y salir de sus casas sin peligro.
in La Voz de Galicia

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