La calle Obispo Salvado lleva cerrada dos semanas por el mal estado de un edificio
Los cerca de cien residentes en la calle Obispo Salvado, antiguamente conocida como Riomuíños, viven un calvario desde hace dos semanas. El gobierno municipal decidió cerrar al tráfico la calle por el deplorables estado de uno de los múltiples edificios en ruinas de la zona, en el que hubo recientemente un incendio y que corre riesgo de desplomarse. Han pasado más de quince días y el cierre sigue vigente, lo que provoca que, para llegar a sus casas, los vecinos tengan que desviarse por el centro de Tui y dar un rodeo con sus coches de 4 kilómetros. «Cuando ponen una valla en esta calle, no la quitan nunca. Estamos desesperados. No hay manera de que arreglen esto», se lamenta la presidenta del colectivo vecinal de Riomuíños, Emilia Rosende, que indica que el problema se agrava teniendo en cuenta que muchos de los residentes son personas de edad avanzada, por lo que la situación les está causando importantes trastornos en su día a día.
Otros de los grandes perjudicados están siendo los negocios asentados en la calle Obispo Salvado. Angélica Durán está al frente de una conocida panadería. «Por culpa de todo esto cada día tengo que hacer más de treinta kilómetros en el coche para hacer los repartos», asegura la afectada. Entiende, eso sí, que el Concello esté tomando las precauciones necesarias, aunque considera que se podría haber apuntalado la construcción hasta que los propietarios decidiesen afrontar la rehabilitación necesaria del inmueble. Una representación vecinal del colectivo de Riomuíños acudirá al pleno ordinario que la corporación municipal celebra hoy a las 20.00 horas para protestar por sus situación y para reclamar una solución urgente al gobierno local.
El alcalde de Tui, Carlos Padín, asegura que las obras para apuntalar la construcción comenzarán o bien mañana o bien el próximo lunes. «O retraso débese a temas burocráticos derivados de conseguir repercutirlle o custo da intervención ao propietario», argumenta el regidor, que entiende que todo esto «supón un importante inconveniente para os veciños». La obra consistirá, especialmente, en el apuntalamiento del inmueble mediante una estructura metálica y tendrá que financiarla el dueño del edificio. Se espera que la actuación dure aproximadamente una semana y, cuando se finalice y la zona quede completamente asegurada, el Concello ordenará la reapertura de la calle. Los vecinos de Riomuíños se ven obligados a movilizarse apenas un año después del sonado enfrentamiento con el anterior gobierno de Tui. El equipo liderado por Enrique Cabaleiro decidió implantar el sentido único en esa calle, lo que desató la ira de los residentes, que veían como ese rodeo de cuatro kilómetro para llegar a sus casas y que les lleva casi diez minutos completar podía en aquel entonces convertirse en algo permanente. La presión de los vecinos llevó al por entonces regidor socialista a restablecer el doble sentido en la calle, aunque únicamente para los residentes, a los que les entregó una tarjeta para poder circular libremente.
in La Voz de Galicia
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