Fue una de las siete capitales del antiguo reino de Galicia
En la frontera con Portugal sobre una pequeña atalaya se erige Tui. Una ciudad que tuvo su época de mayor esplendor en la Edad Media pero que ya había sido habitada por los griegos. Bañado por el río Miño, este municipio se caracteriza por el puente de hierro, las calles empinadas de su casco antiguo y sus construcciones fortificadas. El hecho de elevarse sobre un promontorio la convertía en un punto estratégico para vigilar a los portugueses en las múltiples luchas que se libraron entre Galicia y Portugal.
En la cúspide del montículo sobre el que se alza esta bonita villa medieval está la Catedral. Iniciada en 1120 conserva rasgos románicos y góticos aunque fue sometida a varias transformaciones a lo largo del tiempo. Su pórtico gótico es uno de los elementos que más llaman la atención. En su fachada se puede ver, entre otros personajes bíblicos, a Salomón y la reina de Saba. En la gran sala capitular el viajero puede encontrar bellos capiteles románicos. Las torres de la Catedral nos ofrecen una hermosa panorámica sobre el río Miño y la frontera con Portugal. La Catedral conserva apariencia de fortificación especialmente por las torres almenadas y por los túneles que la comunican. Uno de ellos es el túnel de las Clarisas que todavía se conserva y comunica la parte alta de la ciudad con el río.
En la misma plaza de la Catedral encontramos el edificio del Concello. Desde aquí la única opción que nos queda es ir descendiendo poco a poco por las empinadas calles empedradas del casco histórico tudense en dirección al río. A nuestro paso encontraremos la Iglesia de San Telmo de estilo manualino portugués. Muy cerca se levanta el convento de las Clarisas conocido como el de las Encerradas. Son famosos en todo Tui los peces de almendra que elaboran las Clarisas y que podemos comprar en el propio convento. Junto al río se alza la Iglesia de Santo Domingo que es el único resto que se conserva del antiguo monasterio construido en el siglo XIV. En los exteriores de la iglesia podemos pasear por la alameda, en uno de los extremos encontraremos un mirador desde el que tenemos una preciosa vista sobre el río.
La historia de la ciudad está íntimamente ligada a la sede episcopal que ejerció su señorío desde el siglo XI hasta el XIX. Este dato se hace evidente en el gran número de iglesias y centros clericales que encontramos en el municipio. Además esta villa es paso de los peregrinos que se dirigen a Santiago de Compostela por el camino portugués. Por si fuera poco, Tui fue capital de una de las siete provincias del antiguo Reino de Galicia hasta 1833, cuando se cambió la división administrativa. A lo largo de los siglos gozó de distintos privilegios, sobre todo desde que Doña Urraca le concedió el título de señorío. Además el rey godo Witiza tuvo su corte y palacio aquí.
El Puente Internacional que une Tui con Valença es una de las imágenes más representativas de esta zona. Elaborado en celosía de hierro se puede atravesar a pie, en coche o en tren. Desde las conservadas murallas de la ciudad lusa tenemos una bonita imagen de Tui y la frontera entre Galicia y Portugal.
La gastronomía de Tui tiene un gran protagonista que es el río. Las angulas del Miño es el plato por excelencia de esta tierra. Por las fiestas patronales de la villa, que rinden honor a San Telmo, se degusta este manjar típico de la zona fronteriza.
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