Los días de feria hay hasta cinco terrenos de aparcamiento para financiar las fiestas
En el centro de Tui no hay playas ni es temporada turística alta, pero los leira-párkings, los aparcamientos no reglados en fincas particulares, han irrumpido con fuerza en pleno casco urbano. Son una importante vía de financiación para las fiestas parroquiales.
El auge de estos negocios no es más que la respuesta al eterno problema de falta de aparcamiento que arrastra el municipio. Estacionar en el municipio de referencia para temas administrativos de toda la comarca puede convertirse en una odisea cualquier día del año, especialmente por las mañanas. Pero los jueves se convierte en misión imposible porque, para la celebración del mercadillo semanal, que además del Paseo de la Corredoira ocupa la zona conocida como calles nuevas, se cierran los accesos a esta zona a la vez que se multiplica la afluencia de personas y se multiplica el tráfico.
Alrededor de este mercado, tras la plaza de abastos o en la zona que comunica el centro con la Avenida de la Concordia, sin sitio para un alfiler, hay al menos cinco leira-párkings con capacidad en su conjunto para más de quinientos vehículos. Conseguir estacionar el coche tras veinte minutos mínimo de media en busca de un hueco tiene premio. Y es que no se paga si quiera un euro por aparcar sino por la rifa que te da derecho a estacionar en el recinto pero con la que además se participa en el sorteo de un coche, en el caso de Guillarei o de un cheque, en función de la comisión de fiestas que esté al frente, así que los vehículos se acumulan en tropel cada mañana de jueves.
Los usuarios lo abonan a gusto porque además de estar en pleno centro ayudan a sostener las fiestas patronales de las parroquias.
El alcalde de Tui, Enrique Cabaleiro, explica que «se trata de fincas particulares y de suelo urbanizable, no dotacional». «El Concello no tiene nada que ver porque son terrenos privados por lo que la responsabilidad es únicamente de dueño y de quienes los usen», indica el regidor. Sobre la actividad que realizan, se limita a decir: «No sé si cobran o no por aparcar o bajo qué amparo legal lo hacen, porque son fincas particulares».
El histórico problema del aparcamiento no tiene fácil solución. El gobierno local consiguió ampliar en 150 las plazas públicas el pasado mes de septiembre solicitando a unos vecinos la cesión de unos terrenos en suelo urbanizable, pero la demanda sigue superando la oferta y por mucho.
El espacio se encoge cada vez más. El nuevo centro de salud en construcción se lleva la mitad del solar trasero de Área Panorámica y el mal estado del suelo, de tierra, era un mal menor. La congestión de tráfico se agravará previsiblemente a partir del verano, época prevista por el Sergas para que entre en servicio el centro de salud. El gobierno local prevé destinar parte del remanente a la apertura la calle Ourense, otra de las históricas necesidades del municipio.
«Son vecinos particulares los que ceden gratuitamente los solares que no usan y nosotros vendemos al entrar una rifa, en nuestro caso para un coche», explica Rafael Estévez, presidente de la comisión de fiestas de Guillarei. «Es un sistema de colaboración entre todos porque, al fin de cuentas, todos disfrutamos al final de las fiestas, que son una tradición popular importante y difícil de sostener económicamente», indica.
Los festejos de Guillarei, por ejempo, suponen una inversión media de 120.000 euros. «Gracias a las rifas que nos compran al aparcar, se pueden llegar a recaudar hasta 10.000 euros al año, por lo que es una importante fuente de ingresos».
Algunas abren todos los días. Todas los jueves por la mañana. Voluntarios, jubilados de cada parroquia se dedican esa mañana, llueva o truene a vender las rifas para las fiestas de su parroquia. «Hay que reinventarse porque mantener los festejos es cada vez más complicado, con la crisis hay menos empresas y colaboraciones, hay que trabajar mucho más», señala Estévez.
in La Voz de Galicia
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