Sara González (Tui, 1989), conocida como Sara Tui, pensaba que nunca podría vivir del fútbol. Se equivocó. Cuando hace año y medio le llegó la oferta del Granadilla, entonces recién ascendido a Primera, apostó por el equipo tinerfeño y allí está cumpliendo su sueño. Lamenta que aún a día de hoy, lograrlo en su Galicia natal siga siendo imposible.-Vive su segunda temporada en el Granadilla. ¿Cuál es el balance de este tiempo?
-Muy bueno. Está siendo muy positivo, porque supone jugar en Primera y además este año profesionalizaron el equipo. Es algo por lo que se lleva luchando muchos años en el fútbol femenino y yo pensaba que ya no iba a poder disfrutarlo. Ahora veo que al menos durante unas temporadas sí que voy a tener esa opción.-¿En qué se traduce esa profesionalización en el día a día?-En líneas generales la dinámica es la misma, pero hay jugadoras que no trabajamos en otra cosa y que entrenamos también por las mañanas. Poco a poco vemos que el fútbol femenino va ganando terreno y va creciendo y adquiriendo la importancia que merece.-Pero todavía queda mucho para que dejen de salir perdiendo en cualquier comparación.-Sí, me hace gracia, porque hablando con gente que te pregunta si estás trabajando, al responderles que no se sorprenden mucho. Hasta te dicen que hay que trabajar, como si mi trabajo no fuera el fútbol. Lo que no ven raro con los chicos sí les extraña con las chicas. El primer año aquí trabajaba y te buscan un empleo que puedas compaginar, pero si quieres estar a un buen nivel, lo normal es que te dediques solo a entrenar y jugar. Ahora tengo esa oportunidad, estoy cumpliendo el sueño de cuando empecé a los cuatro años después de mucho luchar.-¿Vive su mejor momento?-Estoy consolidada en Primera y me encuentro bien, pero me da pena que no haya podido ser en Galicia. Allí están como en una isla, no hay quien te venga a ver y se interese por ti no siendo en una fase de ascenso y en Galicia el fútbol femenino no avanza, hay que irse afuera. No es que yo dudara de mi nivel, pero hasta que te arriesgas a irte fuera no lo sabes y siempre cuesta. Hay muchas más gallegas que podrían estar en la élite, pero o no se arriesgan o no les llega la oportunidad. Espero que al menos un equipo gallego ascienda pronto y haya más presencia en Primera.-¿Y a usted qué le convenció del Granadilla?-Acababan de ascender y nunca sabes lo que puede pasar. Conocía al equipo de haber disputado la fase de ascenso contra ellas con El Olivo y sabía que tenían jugadoras con experiencia en Primera, así que era una buena oportunidad. Veía que podía ser un equipo de futuro y se está demostrando que era así. Me adapté rápido, el club creció mucho en este tiempo y sé que fue un acierto venirme. Desde el club siempre confiaron en mí y en Tenerife no se vive nada mal.-¿Tuvo claro en verano seguir?-Llegan ofertas y te planteas cambiar, pero si uno está cómodo, y partiendo de que con esto no nos vamos a hacer millonarias, es mejor apostar por seguir. Firmo temporada a temporada y no me gusta pensar en el futuro a largo plazo. Cuando acaba el año hago balance y entre las opciones que tenga elijo.-A corto plazo, ¿cuáles son los objetivos con el Granadilla?-El pensamiento es el mismo del año pasado: salvarnos. Entonces, además, nos clasificamos para la Copa, que era algo impensable. Aunque sufrimos bajas importantes, tenemos un buen grupo y una plantilla más larga donde cualquiera puede jugar. Lo que más nos faltaba el año pasado, que era puntuar fuera de casa, lo estamos consiguiendo, así que queremos seguir así.-¿Cómo son esos reencuentros con sus excompañeras que también juegan en Primera?-Me hace mucha ilusión, porque además de compañeras son amigas mías. Son las cuatro del Olivo y también Mari Paz, con la que coincidí cuando era una cría en el Arousana. Ahora Lombi acaba de lesionarse, pero se recuperará pronto porque es una luchadora. Y también tengo muchas ganas de volver a ver jugar a Buceta, que lleva unos años complicados, pero aunque le quedan meses por delante, se encuentra mucho mejor.
in La Voz de Galicia
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