Con intención de evitar los restaurantes "típicos de turista" de la zona (dolorosos al paladar, a la paciencia y a la cartera), máxime cuando viajas con tus tres hijos (que comen a su padre), nada mejor que este italiano.
Situado "casi" a los pies de Fortaleça (a dos manzanas, en argot americano), ofrecen un local moderno, luminoso, cómo y limpio, con una curiosa configuración longitudinal (es como un pasillo) y terraza interior.
La atención y servicio es buena (como en casi todo Portugal) y, aunque se trata de un italiano al uso, los aperitivos y pastas están un poco más trabajados de lo normal (no se limitan, por ejemplo, a hacer una capresse con una rodaja de tomate y un trozo de mozzarella). Las pizzas están bien y, sobre todo, los postres.
Llegado ese momento se acerca un camarero con una bandeja donde tiene todas las variedades en exposición, cada una de ella dentro de un tarro de mermelada. Eliges el "frasco" en cuestión y a disfrutar. El tiramisú, las tres tartas de queso con diferentes mermeladas, la "baba de camelo" -parecida al dulce de leche-... todos muy recomendables.
Y lo mejor el precio.... Sin ser "tirado", se mueve en unos niveles que puede permitirte dar de comer a los niños y que los padres puedan disfrutar también de la comida.
in tripadvisor
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