Este centro de la colectividad gallega une gastronomía y cultura.
Entre el paisaje de casas bajas al sur de Almagro, sobresale una vivienda amarilla con farolitos y balcones de hierros labrados. Bajo las banderas de la Argentina, España y Galicia está el ingreso a Tuy Salceda, fundada a principios del siglo pasado por inmigrantes gallegos.
Adentro, el aroma a comida recién hecha se entremezcla con la música y cantos típicos. Sus muros lucen emblemas, esculturas y fotos regionales. “Cien años atrás, los inmigrantes llegaban a la ciudad y buscaban casas españolas como ésta para encontrarse con sus iguales, hoy nuestro objetivo es mantener vivas las costumbres gallegas”, cuenta el presidente Horacio Satarelli.
En la planta baja está el restaurante, que abre de martes a domingo y se especializa en cazuelas de mariscos, paellas y calamares. En los pisos superiores está la biblioteca. Entre cruceiros (una cruz de piedra típica de Galicia), mayólicas y otros suvenires, hay enciclopedias y obras universales, como el Martín Fierro, en lengua gallega. En su archivo también hay cartas de la Guerra Civil Española que enviaban familiares de los socios. “Junto a notas de otras épocas dan testimonio de la historia de la emigración”, cuenta Silvia Amaya, socia y tesorera.
Una treintena de socios integran la agrupación folklórica Baixo Miño, compuesta por un cuerpo de danza y cantareiras. También ensaya un coro polifónico, con repertorio gallego y popular, y el Ballet Folklórico del Buen Ayre.
La institución cuenta con 400 socios. Se formó a partir de la fusión de varias agrupaciones hispánicas. La Sociedad de Salceda nació en 1913 y la de Tuy en 1917. Ambas se fusionaron el 1 de enero de 1975. Luego se les sumó la Casa Cardelas y la Asociación Galicia en Buenos Aires (representaba a Chantada, Becerreá y Carral), que sumó un campo de deportes en San Isidro.
Esta vasta cruza de descendencias se aprecia en sus festejos patronales. Evocan a San Telmo, a la Virgen de la Concepción y a la Virgen de Rocha, entre otros. Para su aniversario, en noviembre, hay almuerzos con música y baile tradicional. Cierran el año al brindar con queimada, bebida alcohólica gallega con propiedades curativas que “ahuyenta las malas ondas”.
Hoy que la inmigración está sólo en los libros de historia y en el recuerdo de socios longevos, en Tuy Salceda, resalta Satarelli, se busca “compartir el legado gallego con nuevas generaciones que sientan propia esta cultura, más allá de su origen”.
in Diárioz
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