Miguel Solleiro Martínez, de 47 años, natural de Tui y vecino de Vilagarcía de Arousa, desapareció de su domicilio, en la calle Arousa 21 del barrio de A Lomba, el pasado viernes con lo puesto y desde entonces nadie ha podido localizarlo. El hombre casado, que además se hizo cargo de un sobrino menor de edad, está jubilado por enfermedad ya que padece una diabetes tipo II por la que debe inyectarse insulina, medicamento que ha dejado en casa. Tampoco lleva documento de identidad, ni tarjeta sanitaria.
En el momento de su desaparición vestía pantalón vaquero negro, un camisa y botines color beige.
Su esposa, Divina, no se explica qué pudo haberle pasado. Declaró que el viernes sobre las ocho y media de la tarde estaba con su marido en casa y tuvo que salir a comprar verduras para la comida. Le preguntó a Miguel si la acompañaba y le respondió que no, porque pensaba bajar al bar del barrio de O Piñeiriño a ver a unos amigos. Cuando regresó de la compra media hora después no vio a su marido en casa, por lo que creyó que se había ido al bar.
Transcurridas varias horas, y al ver que no regresaba empezó a llamar a amigos y familiares y al dueño del establecimiento hostelero, pero nadie lo había visto.
Dado que la familia tiene una casa en la parroquia vilanovesa de Baión, fueron a ver si estaba allí. Pero tampoco lo encontraron, a pesar de que allí tienen muchos animales, entre ellos dos yeguas que son las preferidas de Miguel Solleiro.
El sábado, desde Baión su esposa y hermanos, se dirigieron al cuartel de la Guardia Civil, encontrando un cartel que indicaba que para cualquier trámite tenían que dirigirse a las dependencias de Cambados. En la capital del Albariño pudieron formalizar la denuncia por la desaparición de Miguel Solleiro.
Pero dado que el hombre desapareció de su domicilio de Vilagarcía de Arousa, la denuncia fue remitida a la Comisaría de Policía, donde se hicieron cargo de la investigación del caso.
La familia y los amigos comenzaron la búsqueda por su cuenta, recorriendo las zonas por que habitualmente solía frecuentar, sin lograr ningún rastro. Incluso acudieron al Hospital do Salnés y al Complejo Hospitalario de Pontevedra, donde era tratado por sus dolencias, pero en ninguno de estos centros fue atendido en estos días.
Su mujer manifestó que en las últimas semanas Miguel se mostraba algo más nervioso de lo habitual e incluso había vuelto a fumar. Se sentía agobiado y algo deprimido por las limitaciones que tenía como consecuencia de su enfermedad que ya le había provocado una pequeña trombosis por una subida de azúcar.
La familia hace un llamamiento, solicitando que cualquiera que pueda aportar una pista sobre el paradero de Miguel Solleiro, se ponga en contacto con la Policía Nacional de Vilagarcía.
in Faro de Vigo
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