David Morais fundó el Judo Club Tudense debido a las dificultades para desplazarse hasta Vigo para entrenar
Ni en el mejor de sus sueños, David Morais se había imaginado que sus proyectos iban a funcionar a la perfección. Este judoka tudense llevaba toda la vida practicando su pasión en Vigo, lo que le suponía viajes diarios de cuarenta minutos. Una lesión le hizo apartarse del judo de competición, pero una rotura de ligamentos no lograría frenar su carrera. Tras conseguir los títulos de monitor y entrenador, las dificultades de desplazamiento que había sufrido para realizar judo, le hicieron discurrir. David Morais decidió abrir en 2015 el Judo Club Tudense y la acogida fue mejor de lo esperado.
«Hace dos años entrenaba en Valença y en el momento que abrí el club mucha gente de Tui se vino conmigo. Al principio ya nos conocían, pero ahora la gente ya habla de judo por Tui. Quería fundar una escuela de judo cerca de mi casa porque la gente así no tenía que ir hasta Vigo como me pasó a mí. Quería crear algo en mi entorno para aumentar las posibilidades de Tui y montamos el club», explica David que agradece el apoyo con el que contó desde que se le ocurrió la idea de la escuela: «Desde el principio, Mario Muzas el presidente de la federación gallega me motivó, porque él había empezado dando clases en Tui y sabía que funcionaba en la zona. Yo nunca había dado clases y a la gente le gusta como lo hago, los padres me apoyan también, y mi tío Avelino, siempre me impulsó y me echa una mano dando clases».
Su apego al judo es algo que viene de familia. Su tío Avelino Martínez, es un «judoka consagrado con medallas a nivel nacional y en Portugal» como lo define David. Avelino fue el primero en acercarlo a este arte marcial japonés: «Yo quería empezar con tres años pero mi entrenador me dijo que era muy revoltoso y tuve que esperar un año. Mi tío fue el que convenció a mis padres para que practicase judo, porque es muy beneficioso», señala David.
A partir de ahí, los constantes entrenamientos le hicieron lograr campeonatos como el Xogade y algún provincial. Pero su trayectoria comenzó a virarse hacia la enseñanza cuando se lesionó: «A los 16 años tuve una rotura de ligamentos cruzados y tuve que apartarme un poco el judo de competición, saqué el cinturón negro, y como no quería dejar de practicarlo, decidí seguir formándome», con 18 años David consiguió el título de monitor, con 20 el de entrenador y dos años más tarde ya tendría en su haber el certificado de Maestro Nacional de judo.
En su camino como entrenador, el judoka tudense comenzó en el Clube Juvalença del pueblo vecino de Valença en la temporada 14/15, aunque siempre que podía acudía a su club de origen, el AD Famu de Vigo, para «entrenar y echar una mano porque son como mi segunda familia». Lo siguiente sería la creación de su propio club.
Los inicios del Judo Club Tudense fueron sorprendentes: «El club fue una explosión, en el momento que lo abrí, muchísima gente me llamó para informarse, me paraban por la calle... Mucha gente se pasó a probar. Del año pasado a este hemos crecido un 100 %, en la 15/16 teníamos sobre sesenta y este año llegaremos a casi ciento treinta», de esta cantidad más de sesenta son niños hasta la categoría juvenil. Los beneficios que presenta el judo en la infancia los cerificó la Unesco al declararlo mejor deporte en edad formativa de 4 a 21 años: «El judo transmite valores desde que son niños, como la amistad, el compañerismo o el respeto por el rival», añade David, que además no cree que se necesiten unas cualidades físicas para iniciarse en el deporte: «Cualquier niño puede participar en judo. No hay una diferencia que sea insalvable».
A pesar de tratarse de un arte marcial y un deporte de combate, las características de la lucha le eximen de la agresividad que aparece en otras contiendas deportivas: «El judo japonés es el arte de la suavidad, no necesitamos golpes, no necesitamos patadas ni puñetazos, el nuestro es un arte marcial en el que no necesitamos nada de eso», señala el entrenador del Judo Club Tudense. Las clases en la escuela de Tui congregan a personas de cualquier edad y que practican el deporte por multitud de motivos. Como pasatiempo, para conseguir el cinturón negro, por curiosidad, para competir... en el Club Tudense, todos son bienvenidos: «Entreno desde niños de 3 años hasta gente con 60 años o más. Tenemos clases lunes, miércoles y viernes. Por la mañana entreno a los sénior y veteranos. Por las tardes tenemos clases para los más pequeños, infantiles, cadetes y júnior, y otra de sénior a última hora».
David Morais vive por y para el judo, un deporte que lo sedujo por una causa en particular: «Me enganchó la constante evolución, llegas a un momento en que aprendes día tras día, y cuanto más sabes más aprendes, eso es lo mejor del judo, que nunca dejas de aprender y siempre te lo pasas genial».
La historia de David con su Judo Club Tudense acaba de comenzar, pero se ha asentado pronto. En Tui, la escuela ya es un asunto cotidiano.
in La Voz de Galicia
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