No hace demasiado tiempo, la entrada desde Galicia hacia Portugal, se hacía cruzando el río Miño, o bien a través del Puente Internacional de Tui, o en transbordadores que unían localidades de España y Portugal. Esa era la única manera que teníamos de cruzar la frontera, hasta que se hizo la autopista y el nuevo puente.
Este recuerdo, supongo que lo tenemos la mayoría que hayamos vivido en el sur de Galicia en los últimos 20 años. Forma parte de nuestra memoria, aquellas interminables colas en el puente, hasta llegar a la Aduana, donde había que pasar los controles de pasaportes, barreras e incluso registros de coches en la “alfândega” portuguesa. Pero aún así, tengo recuerdos muy divertidos de aquellos días cruzando el puente, para ir los miércoles de feria en Valença do Minho.
Cuando contamos a los niños todos estos controles en la frontera, deben pensar que era como de película; ya que ahora están acostumbrados a cruzar fronteras en coche de un país a otro sin enterarse.
Así que hoy en Sweet Ale vamos a cruzar este Puente Internacional de Tui, que dicen que fue construido por un discípulo de Gustave Eiffel; aunque esto, por lo visto, es más leyenda que otra cosa. Destaca por su larga estructura metálica en forma de celosía que lo recubre, por donde circulan coches; por la parte superior circula el ferrocarril y a los lados hay unas pasarelas para los peatones, vamos, que no le falta de nada.
Empezamos nuestro paseo en Tui, que es una pequeña localidad de la provincia de Pontevedra que está situada en un promontorio sobre el río Miño; todavía conserva parte de su fortaleza. Era una de las Siete Capitales del Antiguo Reino de Galicia. Pasear por su casco histórico y visitar la Catedral de Santa María, es algo que realmente merece la pena.
Después de recorrer Tui, vamos bajando hacia el río donde nos encontramos con la Comandancia de Marina y una playa fluvial conocida como la “Playa de la Marina”. Desde ahí, seguimos nuestro paseo al borde del río Miño. Donde vamos disfrutando de unas preciosas vistas mientras caminamos, hasta llegar al puente; donde lo cruzamos, con vértigo como siempre. A lo lejos ya tenemos la preciosa vista de la fortaleza amurallada de Valença do Minho.
Al llegar a Valença do Minho recorremos una pequeña avenida, o en el caso de los niños, campo a través, hasta adentramos en la Fortaleza. Después, nos dejamos ir por todas las callecitas empedradas, atestadas de toallas, juegos de cama y demás cosas de casa, expuestas en el exterior de las tiendas, como reclamo para los turistas. Esta población portuguesa es conocida sobre todo por su Fortaleza, su comercio y su gastronomía. Su principal atractivo es adentrarse en las murallas y recorrer todas las tiendecitas.
Acabamos nuestro recorrido en la Pousada de Sâo Teotónio en Valença, tomando un cafecito, antes de emprender el regreso, ya de noche, hacia Tui; dejando atrás la Fortaleza y el Puente Internacional.
in Sweetale
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