Cristina Fernández Díaz es Cristina Mershon y diseña complementos, en ganchillo y croché para la revista de moda más prestigiosa del mundo
La tudense Cristina Fernández Díaz ha logrado portadas de Vogue en Estados Unidos y de otras revistas de moda internacionales. Al teclear su nombre de casada, Cristina Mershon, en las redes sociales aparecen decenas de publicaciones e imágenes con los modelos de croché con los que ha conquistado el mercado estadounidense. «Por supuesto que he conseguido el sueño americano, estoy superagradecida a este país y a las oportunidades que me ha dado, más de lo que nunca hubiera imaginado», asegura desde Oklahoma.
Con el mismo entusiasmo, habla del municipio en el que comenzó a andar y de su familia, dividida ahora entre Tui y Estados Unidos. A su padre, Crescencio Fernández, lo destinaron como cartero a la ciudad fronteriza poco después de nacer ella y en Tui residió hasta que terminó Periodismo en Santiago. «Yo siempre digo que soy de Tui, no recuerdo haber estado en ningún otro sitio de pequeña», explica orgullosa. «La morriña no se va nunca».
El destino la llevó también a cruzar el charco. Se fue con una pareja de americanos a los que había acompañado por Galicia buscando localizaciones para una película. Le ofrecieron la posibilidad de trabajar en temas logísticos del film mientras aprendía inglés. Se fue por seis meses hace 17 años. Empezó a trabajar en el departamento de publicidad, se sumergió en el mundo del diseño gráfico y ganó más de una treintena de premios.
Ocho años después se cruzó con el que iba a ser su marido y padre de sus hijos Breogán, Sabela, Melania y Séfora, que llegaron con un ovillo bajo el brazo. «Tropecé con el mundo de la moda de forma accidental. Embarazada de Breogán, recién mudados a Seattle, me fui a una mercería a comprarme un ganchillo y un ovillo de lana, y empecé a recordar las puntadas que me había enseñado mi madre de pequeña, para hacerle vestidos y bolsitos a la Nancy», relata. Las llamadas y consejos de su madre por teléfono y correo fueron decisivos. Sus niños fueron sus primeros modelos. «Un día mandé un par de correos a editoriales. Todos me contestaron y me pidieron que hiciera diseños para ellos. De repente me llegó un mail de Vogue, preguntándome si era yo la que diseñaba cosas de ganchillo y si estaba interesada en trabajar para ellos haciendo accesorios de ganchillo para sus publicaciones. No me lo podía creer», explica la diseñadora. Desde entonces, ha publicado como unos 20 patrones para Vogue y sus publicaciones y accesorios de moda. «Así que de día diseño en papel y de noche, cuando se duermen los niños, diseño con hilo», dice.
Tiene muchos planes. Entre ellos, volver a Tui para disfrute de niños y abuelos «porque los echamos muchísimo de menos. Eso es lo que más cuesta cuando estas fuera». EEUU es el país de las oportunidades: «Si las sueñas, las puedes llegar a conseguir».
in La Voz de Galicia
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