Tui, la “Muy Noble y Leal Ciudad”, no se pierde en los mapas y está bien comunicada. Es la principal entrada en Galicia del caminio jacobeo portugués. Sólo 600 metros de puente, tendido desde hace 126 años sobre el río Miño, la unen con la vecina ciudad lusa de Valença do Minho. Por eso, por su historia y por querer caminar juntas, están hermanadas y conforman una Eurociudad que tiene mucho que mostrar y ambición para crecer y atraer a los visitantes. Tui, reconocida como Área de Afluencia Turística, con apertura libre de comercios, se caracteriza por el inconfundible perfil de su conjunto histórico que escala una colina en cuya cima se yergue uno de sus principales atractivos: la catedral fortaleza que acumula cientos de años de historia, como ocurre con antiguas rúas, muros y barrios. La leyenda le secunda, al citar a reinas y gestas medievales.
La proyección turística de Tui ha adquirido un mayor dinamismo en los últimos años, con propuestas turísticas que invitan, allá donde llegan, a interesarse por conocer esta peculiar urbe con atractivos tan potentes como puede ser la práctica de deportes como el remo, el piragüismo y patinaje acuático en el río Miño, senderismo en el Parque Natural Monte Aloia y su riqueza forestal, con romerías anuales y sorpresas arqueológicas que despiertan gran interés.
La catedral merece un capítulo aparte. Erigida sobre el solar de la sede primitiva sueva, data de los siglos XII y XIII y corresponde a los estilos románico y gótico, con planta de cruz latina de tres naves circulando las laterales por el transepto, único ejemplo en España junto con la catedral de Santiago de Compostela. Sus dos órganos barrocos, son obras de arte a contemplar, al igual que sus magníficos retablos. Las visitas guiadas en el interior del templo, claustro, cubiertas y torre, agrupan habitualmente a numerosas personas deseosas de escuchar la interpretación sabia de los historiadores.
La iglesia de San Bartolomé es una joya del románico y forma parte de los templos a visitar en el conjunto histórico de Tui, como la iglesia de Santo Domingo, la de San Francisco o la de San Telmo y el convento de las monjas clarisas de clausura, que atienden detrás del torno y despachan sabrosos dulces, como los peces de almendra.
La entidad peregrina de Tui la convirtió desde hace mil años en paso de ilustres caminantes como es Santa Isabel de Portugal, conocida como “Raínha Santa”, que convirtió panes en rosas, para evitar el enfado de su esposo, el rey Don Dinis. En el lugar de Reguengo, en la ferigresía de Fontoura, en Valença do Minho, se indica la antigua “quinta” en la que pernoctó la real dama. Los peregrinos que durante todo el año llegan a Tui, perciben la imborrable sensación de pisar en lugares donde el tiempo parece haberse detenido, aunque ellos sigan su camino.
in Faro de Vigo
La proyección turística de Tui ha adquirido un mayor dinamismo en los últimos años, con propuestas turísticas que invitan, allá donde llegan, a interesarse por conocer esta peculiar urbe con atractivos tan potentes como puede ser la práctica de deportes como el remo, el piragüismo y patinaje acuático en el río Miño, senderismo en el Parque Natural Monte Aloia y su riqueza forestal, con romerías anuales y sorpresas arqueológicas que despiertan gran interés.
La catedral merece un capítulo aparte. Erigida sobre el solar de la sede primitiva sueva, data de los siglos XII y XIII y corresponde a los estilos románico y gótico, con planta de cruz latina de tres naves circulando las laterales por el transepto, único ejemplo en España junto con la catedral de Santiago de Compostela. Sus dos órganos barrocos, son obras de arte a contemplar, al igual que sus magníficos retablos. Las visitas guiadas en el interior del templo, claustro, cubiertas y torre, agrupan habitualmente a numerosas personas deseosas de escuchar la interpretación sabia de los historiadores.
La iglesia de San Bartolomé es una joya del románico y forma parte de los templos a visitar en el conjunto histórico de Tui, como la iglesia de Santo Domingo, la de San Francisco o la de San Telmo y el convento de las monjas clarisas de clausura, que atienden detrás del torno y despachan sabrosos dulces, como los peces de almendra.
La entidad peregrina de Tui la convirtió desde hace mil años en paso de ilustres caminantes como es Santa Isabel de Portugal, conocida como “Raínha Santa”, que convirtió panes en rosas, para evitar el enfado de su esposo, el rey Don Dinis. En el lugar de Reguengo, en la ferigresía de Fontoura, en Valença do Minho, se indica la antigua “quinta” en la que pernoctó la real dama. Los peregrinos que durante todo el año llegan a Tui, perciben la imborrable sensación de pisar en lugares donde el tiempo parece haberse detenido, aunque ellos sigan su camino.
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