La Guardia Civil montada refuerza la seguridad de los montes y de los peregrinos
Hay casi tantas formas de hacer el Camino de Santiago como personas recorren el trayecto. La caballería de la Guardia Civil lo hace en sentido inverso buscando el encuentro con los peregrinos que puedan precisar su apoyo en la senda portuguesa. Una escuadra destacada en Tui desde principios de mes, en primera línea de la lucha contra los incendios forestales en el sur de la provincia, asume también la protección y seguridad de decenas de peregrinos en ruta. Muchos desconocen este dispositivo y se sorprenden cuando se los encuentran.
«Es un servicio que te llega al corazón», indica el sargento Velasco. En su escuadra está el guardia Alonso, que también integraba el primer contingente desplegado en Galicia cuando ardió por los cuatro costados. Este verano se cumplen diez años y las imágenes siguen nítidas en su retina. «Aquel 2006 fue, con diferencia, el peor de mis 17 años en el escuadrón, había fuego y humo por toda la provincia», recuerda en el corazón del parque natural del Monte Aloia. Incendios devastadores arrasaron los montes de Oia, O Rosal y Tomiño. «Fueron jornadas de doce horas seguidas a caballo entre llamas y hacían fuegos por todas partes», explica el agente.
La estampa que divisan ahora desde el pulmón de la comarca de O Baixo Miño es muy distinta. «La gente está mucho más concienciada, ya saben lo que se puede hacer y lo que no y ya está acostumbrada a interactuar con nosotros», confirma por experiencia propia.
Patrullar a caballo favorece la sensibilización, que es una de sus prioridades. «El contacto con los vecinos es mucho más directo, el caballo llega a lugares inaccesibles para vehículos a motor que además son potencialmente peligrosos también para el medio», señala el sargento Velasco. Su labor se centra, en coordinación con el Seprona, en «la prevención, concienciación, disuasión y, actuación, en caso de incendio». Su plan de trabajo varía en función de factores medioambientales o de las incidencias que surjan. Desde el día 1 de junio peinan los caminos desde A Guarda hasta Crecente y lo harán hasta que remate la campaña, a finales de septiembre.
Varios de los guardias repiten destino y también hay los que se estrenan en el servicio, como Lences, el equino más joven de la escuadra formada por seis caballos españoles e hispanoárabes. «Los que estamos aquí amamos los caballos; por eso, fuera del servicio efectivo tienes una dedicación más. Una moto la puedes dejar aparcada pero el caballo no; yo no soy capaz de desayunar tranquilo si mi caballo no lo ha hecho también», indica el guardia Rosado.
«Aún hay quien pregunta si se pueden hacer barbacoas en el campo»
Todos los guardias que repiten destino este verano coinciden en destacar la mayor sensibilidad de la población, pero también se encuentran con algún despistado. «Aún hay quien te pregunta si puede hacer una barbacoa, el otro día había varias personas intentando hacer el fuego para una aquí cerca», explica el sargento. Hay otras asignaturas pendientes. «Hay personas que aún no son conscientes de que no se queman rastrojos y mucho menos en época estival sin autorizaciones o de que no se puede usar maquinaria si hay riesgo elevado de incendio», apuntan los agentes Collado y Lorena, la única mujer de la escuadra con base en Tui.
in La Voz de Galicia
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