La Fortaleza de Valença do Miño es un territorio especial. Al asomarte a la muralla se ve el discurrir en el valle del río y el ambiente que se respira dentro del recinto de piedra huele a mestizaje, a un territorio bajo bandera portuguesa y clara influencia española en lo social, en lo monetario y también en el lenguaje.
Como consecuencia lógica los sentimientos se cruzan, se entrelaza el respeto y la pasión y se divide la perspectiva. Como en la vida, en el fútbol a cada uno le tiran sus colores, aunque sin mostrar rencor al vecino. Se valora la conjunción española y también el talento portugués personificado en Cristiano. Favoritismo español, ilusión lusa.
Salvo dos excepciones con acento local predomina la frase y sobre todo la idea de 'creo que España es mejor porque tienen mejor equipo', aunque también es generalizada otra idea, la que señala al capitán de Portugal y jugador del Real Madrid, a Cristiano Ronaldo, como el llamado a cambiar el discurrir lógico de las cosas, a variar el rumbo, a darle la alegría a su país. Hasta en esto coinciden españoles y portugueses. Clase colectiva ante la explosividad individual para determinar el equipo que se meta en la final de la Eurocopa.
Probablemente, las calles de la Fortaleza no son el lugar más futbolero del mundo. 'Cuando hay partido esto queda vacío', reconoce una de las múltiples dependientas. Entre los muros de piedra predominan las compras, las famosas toallas, pero en los escarapates también viven una particular rivalidad las camisetas de las selecciones de ambos países. Casillas está al lado de Cristiano Ronaldo, ya sea del Real Madrid o del combinado de su país. Entre el monocolor rojo y el que también tiene verde.
Camisetas y capitanes
Este es el particular encuentro que se disputa en las calles de Valença de Miño. 'La camiseta de España se vende más', reconocen en dos tiendas, aunque la respuesta ya cambia si el duelo es entre los capitanes. Ahí el delantero portugués toma ventaja sobre Iker Casillas. En nombre gana más el delantero. Hay cuestiones que no se pueden cambiar, el amor por el ídolo todavía es superior.
No deja de ser una síntoma más, otra característica del particular ambiente que se vive entre las calles empedradas de la Fortaleza de Valença. En locales comerciales donde los clientes mayoritarios son españoles y están atendidos por el pequeño comercio añejo de nacionalidad portuguesa.
Y es que 'es una pena que no puedan ganar los dos', exclama otra dependienta y lo dejan entrever casi todos. Tarde de calor, de pocos clientes, de algún que otro turista y de malos tiempos para la venta de camisetas, no así para las pasiones. En otras ocasiones, las banderas y las camisetas se habrían vendido unos cuantos días antes, ahora se espera a los últimos partidos. Es otro de los efectos secundarios de la crisis.
Depresión que todavía no ha llegado al mundo del fútbol. España es la referencia, el mejor equipo para portugueses y españoles, mientras que el combinado luso regresa a la élite continental. También se apuesta por que el balompié contribuya a dar una alegría más allá del Miño o más acá. La situación económica no ayuda.
Se escuchan muchos lamentos, incluso a la hora de preguntar sobre el fútbol. Se intercambia el análisis futbolístico con las quejas. Y es que la crisis no entiende de colores, ni de fronteras, ni de selecciones, ni probablemente de personas. Al menos el partido del miércoles servirá para vender unas cuantas camisetas de ambos países y con ellas, debatir y analizar el juego colectivo de España y lo que tiene que hacer Portugal para dar la vuelta al discurrir lógico de los acontecimientos. Hasta españoles y portugueses señalan hacia un mismo lugar, hacia una misma persona: Cristiano Ronaldo.
Probablemente, después del partido del miércoles, los habituales escaparates mixtos comiencen a teñirse de un único color, la selección ganadora, al menos por unos días. Tras la Eurocopa, regresará el orden natural de las cosas a Valença. Clientes españoles y locales con poco dinero y eso no lo arregla ni Cristiano, ni el colectivo de Del Bosque.
in Atlântico Diário
Los de Valença y los de Tui estaremos en la final, porque cualquiera de los dos equipos es nuestro.
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